LOS 10 MINEROS DE COAHUILA, LOS 43 NORMALISTAS, PASTA DE CONCHOS, MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

LOS 10 MINEROS DE COAHUILA, LOS 43 NORMALISTAS, PASTA DE CONCHOS, MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
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ALFIL NEGRO

En política se tiene que estar atizando el bracero para que el tiempo no acabe por desaparecer errores, aciertos o irresponsabilidades y sobre todo compromisos, porque ya se sabe que santo que no es visto no es venerado y más en este terreno donde los intereses juegan un papel fundamental para que las acciones y hechos sean según convenga, o siempre recordados o siempre olvidados según la cosecha que se quiera tener.

En el 2006 en Coahuila por acumulación de gas metano se dio una explosión que provocó que en la mina al final quedaran 65 mineros sepultados, que provocaron muchas declaraciones entre ellas las de AMLO, que acusó de negligencia a los gobierno priistas y panistas, y habló de que se rescatarían los cuerpos, promesa que formó parte de los 100 compromisos que hizo con la nación.

Hasta el momento no se han rescatado, pese a que se lleva invertida una cuantiosa cantidad de dinero bajo la responsabilidad de Bartlett, director de la CFE.

En el 2014, el 26 de septiembre, 43 normalistas de Ayotzinapa fueron masacrados y desaparecidos sus restos. El gobierno de Peña Nieto a través del entonces procurador Jesús Murillo, llevó a cabo una investigación que al ser presentada se llamó “la verdad histórica” que con López Obrador se pretendió desacreditar con una Comisión de la Verdad, que al final dice lo mismo que la verdad histórica.

En razón de esto y no se sabe si para subrayar que su trabajo estaba mejor hecho, metieron a la cárcel a Murillo pese a ser una persona mayor y enferma.

Lo cierto es que de los 43 se sabe lo que ya se sabía.

Y luego lo de otra mina la del Pinabete, también en Coahuila, donde 10 mineros se quedaron enterrados, pese a la voz presidencial que una y otra vez dijo que no pasaría lo de Pasta de Conchos, porque los iban a rescatar.

Al final no han podido rescatarlos y ya empezarían a pagar apoyos a las familias por sus muertos.

Como que sobra discurso y faltan hechos reales.

Porque una cosa es hablar y decir, prometer y volver a prometer, pero no se vive de promesas que generalmente no se cumplen.

Gobernar parece que debe tener como expresión fuerte los hechos y las obras, porque hablar y volver a hablar y hacer del poder una tribuna, sólo de la palabra no parece malo, pero es infinitamente inferior al que habla pero con hechos.

Y en este momento lo que sobran son las palabras y faltan muchos pero muchos hechos.

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