LOS ÁNGELES, California.- El ataque que ha dejado al menos 50 muertos en una discoteca gay en Orlando (Florida) ha generado conmoción en Los Ángeles donde este domingo la comunidad LGBT celebra su día grande por las calles de West Hollywood, donde se ha reforzado las medidas de seguridad.
La mañana del domingo, poco antes de un momento de silencio en conmemoración a las víctimas del mortal ataque en Orlando, el Buró Federal de Investigación (FBI) confirmó el arresto en Santa Mónica de un sospechoso “fuertemente armado”, que presuntamente afirmó su intención de asistir al LA Pride Parade, o desfile del orgullo gay, en Los Ángeles.
El incidente está siendo investigado pero no parece guardar relación con la masacre en Orlando.
Al menos 50 personas murieron y otras 53 resultaron heridas esta madrugada cuando un sujeto armado con un rifle de asalto y una pistola ingresó disparando en una fiesta latina dentro del conocido club gay de Orlando, Pulse, en la que ya es considerada la peor masacre ocurrida en Estados Unidos.
El rifle utilizado por el agresor fue un AR-15, el mismo modelo usado en el tiroteo de la escuela primaria Sandy Hook, en Connecticut, donde un pistolero mató unas 26 personas –la mayoría niños– en 2012, así como en otro sucedido en un cine de Aurora, Colorado, donde murieron 12 personas.
Las autoridades aseguraron a Univision Los Ángeles que no existe una amenaza creíble sobre la marcha LA Pride Parade, a la que se calcula que asistirán cerca de 200,000 personas.
La alcaldesa de West Hollywood, Lauren Meister, fue la encargada de confirmar que, a pesar de la tragedia en Florida, los festejos en Los Ángeles iban a continuar con el programa previsto, al entender que era la mejor respuesta ante la violencia.