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PEDAZOS DE VIDA

Electrónica

A ese ritmo, al de la consola, al de los “rifes” que escapan y que en su cabeza se convertían en una hermosa melodía de luz en un mundo en el que podía olvidarse de la amante de su padre, del alcoholismos de su madre y  de todo el desorden que había en su vida. Así logró, por fin, al mismo ritmo acabar consigo mismo. Después de todo ya estaba muerto, y las drogas también son una forma de suicidarse, en plena fiesta clandestina.

Banda
Pues resulta que lo cambió por otro, porque este cabrón sólo escuchaba música de banda, música de banda en la mañana, por la tarde y en la noche. Nada de romanticismo, ni de canciones de esas con las que había soñado sería conquistada, sólo canciones de esas que hablan de camionetas, de buenas bebidas, de amantes, de machos y de un estilo de vida aunque sí es acomodado no es legal.

Y efectivamente se fue con el que le cantaba esas canciones melosas, esas que quería escuchar, las que hablan de amor y demás cosas, las mismas canciones que ella había querido.

Pero más tardó, el otro,  en saber que su mujer, sí porque ya era suya, estaba con otro hombre, que en mandar a sus matones a que hicieran lo suyo. Satisfecho el hombre de cadenas de oro, traje corbata y botas vaqueras, sonrió. Por la tarde supo que su hijo, uno de los que había dejado regados por el mundo, estaba muerto, que lo habían matado por culpa de una mujer que se había metido con un hombre de malas mañas.

Cumbia
Una vuelta y otra más, la pista se ilumina tanto como su rostro, por fin ella aceptó bailar con él. Aunque fuera una cumbia, aunque fuera lo que fuera, el chiste era estar cerca de su cabello, sentir sus manos, percibir su aroma como se percibe la presencia de a quién se ama en secreto. Tenerla entre sus brazos, para después dejarla ir, tras un “gracias cuñada”.

Folclor
Mueve los pies al ritmo de la música, lo hace con tanta gracia que la gente lo observa y no deja de señalarlo. El violín le marca el camino y él va haciendo brecha, baila tan bien que parece que lleva la música por dentro, el corazón se ha aparejado con sus pies, con la música con la naturaleza, con todo. El mundo desaparece, el tiempo se agota, se va de volada y sólo regresa cuando el sonido ha dejado de percibirse en el ambiente.

Jamás tomó una clase de baile, por qué eso es folclore, es la imposición de los otros, es la cuadratura inventada de una danza que pocos comprenden. Él está en el pueblo, en la casa de la danza, en donde el baile es vida y no un espectáculo para aquellos que se quieren sentir mexicanos.