10 MINEROS, 43 NORMALISTAS, LA ESPERANZA COMO JUEGO

10 MINEROS, 43 NORMALISTAS, LA ESPERANZA COMO JUEGO

ALFIL NEGRO

Jugar con la esperanza de la gente, no sólo es un acto cruel sino expresión de falta de humanismo, y más cuando se intuye que este juego tiene causas políticas calculando cosechas de imagen, de poder y de ganancias electorales, porque entonces no hay palabras para calificar la conducta de quienes así proceden.

No otra cosa parece que sucedió con los familiares de los 10 mineros que todo indica ya fallecieron en la mina de carbón de Sabinas Coahuila, sepultados en la oscuridad y la muerte desde hace ya 27 días.

El proceder del gobierno encabezado por la titular de Protección Civil siempre fue que era cuestión de horas para entrar por ellos, creando expectativas llenas de esperanzas de esposas, padres, hermanos, hijos, compañeros de trabajo y de todo México.

La verdad es que ahora se ve que no sabían qué hacer y que daban palos de ciegos, por una sencilla razón: no tienen la capacidad para saber qué hacer en casos como el de Sabinas, Coahuila y recurren a una falta de respeto terrible, mintiendo a todos sobre lo que pasa.

Les dijeron a los familiares que pidieran apoyo a otros países con más experiencia y tecnología para casos como el que se tenía, y el gobierno no atendió la petición por razones que nadie entendió. Finalmente vinieron consultores que dieron su opinión y que fue aprovechada por la administración para gritar que estaban en lo correcto.

Finalmente tuvo que dar la cara la titular de Protección Civil, para informar a las familias que las operaciones de rescate durarían entre 6 y 11 meses, dando a entender sin decirlo, que los daban por muertos.

Fue un juego perverso con la esperanza de mucha gente, que marca a toda una administración de gobierno, porque todo indica que se jugó con la situación por muchas razones y que se buscó por todos los medios que esta incapacidad no tuviera como resultado daños al poder en el tema electoral.

La titular de Protección Civil por este caso, no parece tener bases para seguir en su puesto, porque aceptar un cargo sin tener la capacidad para ejercerlo es una actitud reprobable, y la prueba es el caso de los 10 mineros, cuyas familias le van a reprochar a ella y al gobierno mientras vivan, la forma en que actuaron y sobre todo la forma como jugaron con su esperanza.

El otro caso es el de los 43 normalistas.

Otra vez y durante mucho tiempo hablando de que los iban a encontrar, fomentando la esperanza de las familias, para que al final les dijeran que sus hijos estaban muertos.

Nada nuevo y es de hecho la misma conclusión a la que llegó Jesús Murillo Karam detenido y en la cárcel por una verdad histórica que en palabras de Murillo no han podido tirar.

Lo dicho recientemente provoca que no lo quieran aceptar los familiares de los estudiantes, porque no les creen y porque no ven seriedad sino un juego político.

Otra vez jugaron con la esperanza de la gente en este proceder que permite tener el poder y hacer con él lo que se quiera.

Y cuando alguien usa el poder para jugar con la esperanza de la gente, andamos y estamos muy mal.

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