
RETRATOS HABLADOS
La “repentina” aparición de “justicieros” que deciden salir a media plaza para anunciar que tal o cual funcionario del actual gobierno está a un tris de pisar la cárcel por corrupto, hace pensar muchas cosas: una, que efectivamente existen personajes impresentables que seguramente sabían de la suerte que podrían correr por sus excesos y desplantes de absoluta soberbia; y dos, que el “anunciador”, pretende erigirse en el inquisidor de la administración del gobernador electo, Julio Menchaca Salazar, sin otra atribución que haber sido uno de los primeros en brincar de la embarcación de la que tantos buenos dividendos obtuvo.
No se trata pues, de un político serio y vertical, y sí por el contrario de un personaje igual de incómodo que un Canek Vázquez, con la capacidad de acomodarse al ritmo y dirección del viento dominante, pero con una suerte que con bastante regularidad lo ha colocado en buenos puestos, en los que ha pasado sin pena ni gloria.
Sin embargo Cuauhtémoc Ochoa, hoy legislador federal, conoce los engranajes del poder a la perfección, y sabe que acusar de manera directa al segundo personaje más importante en la administración del gobernador Omar Fayad, le puede redituar dividendos, toda vez que ha esperado con ansias el llamado para un cargo, pero al ser representante popular en el plano nacional, ha señalado que no dejaría vacante ese cargo por algo que no sea menos que la Secretaría de Gobierno, o la certeza de que el Senado de la República le espera.
Es pues hábil, pero cuando una administración está apenas por empezar, parece haber querido dar un “madruguete” a todos, y sea o no realidad su denuncia, lo cierto es que supo dónde y cómo pegar, porque su señalamiento va, no contra el ahora alcalde de Mineral de la Reforma, Israel Félix, sino en contra de quien tuvo en sus manos durante casi todo el sexenio, un poder aún mayor que el del responsable de la política interior.
Parte pues de los nuevos tiempos que habremos de vivir, pero también parte de los resabios de otros tiempos en que siempre se aplicaba la tesis aquella de que, “para uno que madruga, hay otro que no durmió”. Y Ochoa decidió que se colocaba en la mesa de honor por la buena o por la mala.
El hecho sin embargo es que tanto el gobernador en funciones, Omar Fayad, como el electo, Julio Menchaca, han insistido una y mil veces, que de ninguna manera establecieron pacto alguno de impunidad, y quien la haya hecho la va a pagar, sea quien sea.
Sin embargo, el anuncio hecho a toda gala por el diputado federal Ochoa, tiene que ver más que nada, con la intención de colocarse como personaje de tipo ejecutivo y ejecutor, pero con un ánimo de lucimiento que solo el tiempo le dirá si fue atinado.
Por otro lado, al concluir el proceso de entrega-recepción, el mandatario electo ya tiene un panorama claro de cuál es el estado del Estado de Hidalgo, y los casos que deberán ser castigados incluso con cárcel, de tal modo que, hasta donde se ve, poca falta hacía que algún personaje se pusiera a media plaza para anunciar las buenas nuevas de la justicia.
No, por ahí no va el asunto, aunque hay que reconocer que sabe elegir a quiénes tundirá y casi en automático recibir el aplauso del respetable público.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
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@JavierEPeralta