ALFIL NEGRO

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EN 20 DÍAS TERMINA UN SEXENIO Y EMPIEZA OTRO, CON MENCHACA

En 20 días termina el sexenio de Omar Fayad y se inicia el de Julio Menchaca, con un sentido de historia porque después de 93 años no será el PRI el que gobierne, porque el 5 de junio los ciudadanos en el estado decidieron que el partido tricolor debía dejar el poder para permitir que Morena, el partido del presidente AMLO, fuera el que gobernara.

Y ya se sabe que “donde manda capitán, no gobierna marinero”, por más brincos o berrinches que se hagan.

Y cuando está por terminar el último gobierno priista después de más de 90 años, vale la pena preguntarse: ¿qué estado le deja Fayad a Menchaca? Y ¿qué se espera del primer gobernador no priista?

EN GENERAL BUENAS CUENTAS

Por los datos que se tienen y siempre de acuerdo a indicadores, Menchaca hereda un estado con buenos números en el combate a la pobreza, en salud también sobre todo por una atinada política para enfrentar la pandemia, en cuestión crediticia, en cobertura educativa y con calificaciones sobresalientes en inversiones y avances en ciencia y tecnología, sin dejar de subrayar los buenos números en el tema fundamental de la seguridad.

Esto no quiere decir que no haya habido fallas, porque debe haberlas pero de eso, de encontrarlas y canalizar la suerte de los culpables se deben encargar quienes laboran en el proceso de entrega recepción con el concurso fuerte de Santiago Nieto y de Guillermo Olivares Reyna.

Lo importante es que el cambio se da en muy buenos términos porque hay civilidad y colaboración plena de los dos gobernadores con el fin de que se proceda con justicia y transparencia.

Quien nada debe, nada debe temer, y quien tenga las manos sucias seguramente la pasará muy mal.

LO QUE SE ESPERA DE MENCHACA

La apuesta es clara: se votó por un cambio, por el hastío que provocaron muchos priistas que fueron creando resentimiento en la gente por sus abusos en el poder, por la forma en que ellos, sus familiares y amigos lucían sus dineros con viajes, buenos coches, casas excelentes y en general por la vida que abiertamente se daban.

Parecía que la gente ni cuenta se daba, pero el 5 de junio se cobraron todas dejando en la lona a la apuesta tricolor para seguir en el poder.

Lo que los ciudadanos esperan de Menchaca es superar lo logrado por Fayad, y un modo de gobernar que cumpla con la oferta de gobierno transparente y honesto, que se debe reflejar de entrada en un gabinete de gentes con esas mismas cualidades, y en el que no tengan cabida oportunistas y pescadores de río revuelto.

Parece tarea fácil, pero no lo es.

La selección de colaboradores debe ser cuidadosa y no prestarse al pago de facturas o premios a grupos de poder, elegir simplemente a los mejores para bien del estado.

Hasta ahora sólo se tienen indicios de por dónde pueden caminar las cosas, pero con certeza no se tiene nada.

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