PULSO DEL MEZQUITAL
Es increíble que en estos tiempos ya no pueda uno ni ir al baño sin que una cámara nos vigile y después tengamos que salir a dar explicaciones o a ofrecer disculpas, por haber sido víctimas de alguna grabación jocosa que a más de un terrenal le generaría bochorno por el simple hecho de opinar de nuestros amigos, describirlo o por la sencilla razón de decir verdades que generan incomodidad.
Por eso, cuando el diputado local priista, Juan de Dios Pontigo Loyola, dice que sus correligionarios del PRI en la dirigencia estatal son “unos pendejos”, no lo vamos a desmentir y tampoco a contradecir, porque según él, no se trató de un insulto, entonces entendemos que los describió o solo los definió y pues si esa es la percepción que tiene de quienes dirigen su partido en Hidalgo en el nivel en el que él está, quiénes somos nosotros para contrariarlo.
Hay una imagen de una vaca trepada en un edificio, se acompaña de una reflexión, que en la vida política pasa lo mismo, no saber con exactitud cómo un animal de este tamaño llegó a esa estatura. Bueno, uno nunca sabe quiénes son exactamente nuestros representantes populares, hasta que se ventilan sus llamadas telefónicas y entonces descubrimos, hasta qué grado llega su doble moral y el cambio que dan cuando se cambian el chip de lo políticamente correcto a la hora de platicar con sus amigos, pensando que la red que utilizan para comunicarse es segura, dándole vuelvo a la hilacha, con sus comentarios altisonantes, despectivos, excluyentes y a todas luces reprobables.
No cuestionamos al diputado por lo que dijo de su dirigencia, tampoco que él quiere quitarles lo pendejos, mucho menos que entre sus aspiraciones estén la de cuidar el cadáver de su partido como dirigente. O sea, aquí es donde nos damos cuenta que estos que dicen ser la clase política, solo es de nombre, porque ven la procesión y no se hincan.
Pues justamente cuando su dirigente nacional ya no siente lo duro sino lo tupido por los audios grabados sin que se diera cuenta y que se han difundido, donde de cada 10 palabras 11 son groserías, es increíble que el diputado no sepa que hay aplicaciones como: Telegram o Signal, que se le pone temporalidad y así evitaría que sus mensajes sean copiados, reenviados o capturas de pantalla, de haber sido precavido, al menos no andaría dando explicaciones aplicando aquellas viejas confiables que ya no son confiables, como las de: me hackearon o sacaron de contexto mis palabras, que son tan chafas como cuando guarda el número de su detalle con los nombres de: Juan Mecánico, UNOTV o la de “número desconocido” (con ese), pensando que la tóxica no se dará cuenta.
Debería aprender al presidente municipal de Zimapán, que actúa en lo privado como se desempeña frente a las cámaras. En días pasados, mostró su clasismo, al utilizar para él una sombra durante sus giras de trabajo, mientras que a la gente la expone al sol, mientras escuchan de él, un discurso auto alabando a su gestión. Aunque por culpa de los resentidos sociales, tuvo que corregir la página, ahora lleva también sombra para la gente, no por un asunto de sensibilidad, sino porque en las redes sociales, el que no cae, resbala.
En corto:
•Esta semana arranca la feria anual de Ixmiquilpan, después de dos años de su suspención, debido a la pandemia de Covid-19.
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