RETRATOS HABLADOS
La violencia está desatada en todo el país, y la isla que durante mucho tiempo fue el estado de Hidalgo, ha dejado de serlo. Hoy es presa de esta espiral que crece y crece porque, para maldición constante que siempre le ha perseguido para ser excluido de cualquier obra monumental como un aeropuerto, o la instalación de una firma de dimensiones que transformaron una entidad como el caso de Querétaro, siempre ha tenido la desdicha de ser tomado como un territorio de paso o para los desechos del Valle de México.
Esta vez hablamos de los ductos de Petróleos Mexicanos que se convierten en la mejor justificación para el huachicoleo incontrolable, y por supuesto el crimen organizado que está detrás de todo este tipo de acciones. De ninguna manera puede considerarse una casualidad el número creciente de ejecuciones, ahora y de manera repentina y sospechosa en la capital, Pachuca de Soto.
No hay casualidades en hechos de este tipo. Nunca las ha habido, pero tampoco puede caerse de manera fácil en achacar un problema que priva en todo el país, al próximo cambio de administración en el que se dará paso, por vez primera en más de 90 años, a un gobierno que no será del Revolucionario Institucional. La violencia es una calamidad que tampoco puede cargarse en sus totalidad al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero tampoco al pasado como justificación para la aplicación, cueste lo que cueste, de una estrategia que simplemente ha demostrado su inutilidad.
El día de ayer en todas las iglesias del país, al arranque de cada celebración eucarística, los sacerdotes informaron a los feligreses que la misa sería realizada por “LA PAZ” y para que la violencia generalizada en todo el territorio nacional se detenga. Si usted quiere ser omiso a la primera intervención de la iglesia católica, luego del asesinato de dos jesuitas y los señalamientos del gobierno de la 4T por estar “apergollados” a la oligarquía, puede que se quede más tranquilo, pero no será así cuando se toma en cuenta la cantidad de seguidores en México.
Vivimos una de las crisis en materia de seguridad más graves de que se tenga memoria. Negarlo es negar la realidad, no ver el escenario en que todos los días mueren personas, estén o no inmiscuidas en el crimen organizado. Un campo de batalla se origina cuando no hay una autoridad cierta, o cuando el poder de las instituciones está tan debilitado, que simplemente decide hacerse a un lado y no buscarse problemas.
Hidalgo, lo repito, había logrado, por no ser una tierra de paso para el paso de drogas, hacerse ajeno de la espiral de violencia. Pero todo ha cambiado desde que sí es tierra de paso para la tubería de Pemex con combustibles en su interior. Los dramáticos hechos de Tlahuelilpan, fueron muestra clara de que ya estábamos conectados al peligro. Y los hechos así lo han demostrado.
Cada gobierno ha asumido su responsabilidad en el caso anotado. La implementación del C5i en la administración del gobernador Fayad, fue una forma importante para enfrentar el problema, que ha crecido como la espuma.
Será ahora la gestión del gobernador electo, Julio Menchaca Salazar, la que enfrente la problemática con un enfoque regional que atienda, en términos reales, la problemática, y por ningún lado intentar asumir la actitud del que culpa al pasado y piensa que con esa acción todo está solucionado.
Todo un reto, pero también una oportunidad de mostrar, a diestra y siniestra, que mediante el aprovechamiento de lo acertado en esos menesteres, como puede ser el C5i, es posible dar resultados reales.
Mil gracias, hasta mañana.
@JavierEPeralta
