¿Un diputado en cada hijo te dio?

¿Un diputado en cada hijo te dio?

OPINIÓN

Hace unos días, el diputado local del Partido Acción Nacional,  Rodrigo Castillo Martínez, propuso que en el Código Electoral para el Estado de Hidalgo quede establecida la obligatoriedad de que en elecciones municipales los partidos políticos garanticen candidaturas para el sector campesino. Esto me ha hecho reflexionar ya que esta propuesta, de aprobarse, se sumaría a recientes acciones afirmativas que se han propuesto anteriormente.

Acciones afirmativas que han hecho que en la 65 legislatura se tengan diputados y diputadas de la tercera edad, jóvenes, discapacitados, de la diversidad sexual, indígenas y una paridad de hombres y mujeres, con lo que se busca que todos los sectores de la población estén representados.

Lo anterior genera en primer término, una visión holográmica  progresista de lo que se ha logrado pero lamentablemente también refleja que el trabajo que debería hacer un legislador está mal entendido o no lo han querido ver, ya que entre más acciones afirmativas se consideran necesarias en un estado para que la población esté bien representada en la Cámara de Diputados, es también más evidente que los diputados no han hecho su trabajo por el bien común ni los intereses de toda la entidad.

Entre más acciones afirmativas sean necesarias y más diputados o cargos públicos de cada sector sean integrados de forma obligatoria en las fórmulas a postular durante los procesos electorales se hace más evidente que el trabajo de las 65 legislaturas que ha tenido Hidalgo ha sido deficiente y que obviamente se ha dejado a varios sectores en el abandono durante décadas.

El pensamiento mediocre de que un diputado llegue al congreso para representar a los hombres, una mujer a las mujeres, uno de la diversidad sexual a la comunidad LGBTTTIQ+, un indígena para las comunidades y pueblos indígenas, un maestro para el magisterio, un doctor para el tema de la salud, etc. Se aleja por mucho de lo que ser diputado o diputada significa.

Una diputada o diputado debería trabajar por el bien común y si hiciera bien este trabajo, no tendría que haber diputados emanados de algunas minorías para hacer presencia y visibilizar las problemáticas que padecen siendo miembros de territorio para el que todos los diputados deberían legislar. 

Si seguimos como vamos, en lugar de hacer que los políticos entiendan que deben legislar para toda la población, contribuiremos a legitimar la estúpida idea de que los legisladores o gobernantes llegan para representar a un solo sector de la población,  y entonces se necesitarán diputados o diputadas para los campesinos, para los obreros, para los empresarios, para los maestros, para los mecánicos, para los vendedores ambulantes, para los periodistas, para los infantes, pero además, se tendrá que buscar que cada diputado cumpla con el perfil de pertenencia al sector que representa. 

Ojo, no quiero decir que las acciones afirmativas y las conquistas hasta ahora logradas sean un desperdicio, por el contrario, han visibilizado la necesidad que existe de que en verdad diputados y diputadas pongan atención en todos los problemas que aquejan a los diversos sectores de la población, que dejen de velar por gremios y grupos de poder para concentrarse en un trabajo que reditúe a toda la población hidalguense. 

Es lamentable que los legisladores y legisladoras evadan su responsabilidad al cargo para el cual fueron electos por el pueblo y para beneficio y representación del pueblo, no de intereses y convicciones personales, es necesaria esta reflexión, porque de otra forma, cuando los otros lleguen al poder podrían derrumbar lo que tanto ha costado construir. Se necesitan diputados y diputadas reales, no intentos de legisladores y legisladoras; se necesitan perfiles para el cargo, no lacayos de cualquier padrino político que los haya puesto en el cargo abusando de la confianza ciega que, a veces, el pueblo da.

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