Checo

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El Faro 

La afición por la Fórmula 1 ha ido aumentando durante los últimos años en México. Más allá de la situación que se dio hace cuatro o cinco años por mantener o no una de las fechas de la competencia mundial, lo cierto es que cada vez más personas siguen de cerca el festival de automóviles de primer nivel.

No cabe duda de que un factor clave para entender lo mencionado en el párrafo anterior es el desempeño que el corredor jalisciense Sergio “Checo” Pérez está teniendo desde hace años, especialmente en la temporada presente. Su lucha por tener un puesto en la mejor escudería de coches, sus buenos puestos logrados en varios certámenes, sus luchas nobles con Hamilton, su sentido de compañerismo y sus triunfos han levantado la admiración del público mundial y mexicano.

Lo que hizo el pasado fin de semana en el gran premio de Inglaterra, en Silverstone, sorprendió a deportistas de todas las disciplinas, a los propios competidores e, incluso, a sus propios compañeros. Estuvo el último de la clasificación y con constancia y buen hacer, consiguió concluir la carrera en el segundo puesto.

Del 1 de enero al 30 de noviembre del año pasado, murieron en México más de 13,000 personas por accidentes automovilísticos (según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública). Los jóvenes son los protagonistas en estas tristes cifras. Las condiciones en que se realizan no son las mejores: exceso de velocidad, imprudencia, alcohol… son condicionantes de lo que acontece. 

Somos de los países del mundo con mediciones más altas en este rubro. En ellas no estamos incluyendo personas que padecen de discapacidades como resultado de accidentes de coche, no incluimos gastos de hospitalizaciones, no incluimos gastos de aseguradoras. Todo ello unido nos daría como resultado altas cifras tanto personales como económicas.

Aprovechando la influencia que Checo Pérez tiene en la afición mexicana, sería muy bueno dedicar medios de comunicación para la educación vial. También sería adecuado revisar el estado de las señalizaciones en carreteras y vialidades. Sería oportuno establecer todo un sistema de autoescuelas que dieran a conocer el reglamento de tránsito y asesoraran a los candidatos en cómo conducirse mientras manejan.

La vida sí vale. Tenemos, con el ejemplo e influencia de Checo Pérez, la posibilidad de manejar con más precaución, con más seguridad, en mejores vialidades, con señalizaciones adecuadas. No todo se vale, no todo se puede hacer. El escrupuloso cumplimiento de las normas de conducción nos asegura llegar con bien a nuestro destino. Con constancia y buen hacer, podemos vivir todos.