ALFIL NEGRO
En Texas, Estados Unidos, en un tráiler murieron más de 50 inmigrantes dejados a su suerte por los llamados polleros y de los fallecidos 27 son mexicanos.
Y es el momento en que no hay responsables del hecho y menos de quienes tienen la obligación de evitar que millones de paisanos arriesguen sus vidas en busca de trabajo, seguridad y de un futuro para sus familias.
No es gratuito que cerca de 40 millones de mexicanos vivan en el país del norte, muchos de manera definitiva, y otros de manera temporal, en lo que se considera ya como la migración más grande del mundo.
Hasta el momento como que la idea es hacer creer que es Estados Unidos es quien debe dar respuesta al problema de la migración, en el sentido de crear condiciones mejores en lo laboral y seguridad en los países de origen de los migrantes y en una política de migración más humanitaria, esto es que abran sus fronteras a los que buscan trabajo.
Para acabar pronto que ellos resuelvan la bronca, como si ellos fueran los causantes.
Y lo lógico es que este problema de la migración, de gente que huye de sus países de origen, se resuelva por sus autoridades y que no anden buscando a quién culpar.
Porque los mexicanos en particular que arriesgan sus vidas en este viaje sin certeza para cruzar la frontera del país vecino, no lo hacen por otro motivo que mejores tiempos para sus familias.
Ahora bien ¿por qué van?
La respuesta es clara: en busca de lo que no tienen en sus país de origen que son dos renglones principalmente: TRABAJO Y SEGURIDAD.
Por eso se van, poniendo muchas veces, como estos 27 mexicanos, sus vidas en peligro hasta perderlas.
Y no es EU quien debe resolver y dar respuesta a este problema que debe encontrar solución principal en su tierra de origen.
Pero eso de intentar que sean los vecinos los que resuelvan todo como que no tiene razón de ser.
No parece afortunado que andemos de farol de la calle llevando dinero del país a otros países, en la idea de que resolviendo sus problemas laborales se tendrá buen camino andado en la solución.
Y puede ser que esta sea la solución, pero es la nación de origen la que debe enfrentar sus problemas principalmente empezando por México y no andar intentando ganar una imagen de líder político, e ignorar los problemas de casa, siendo candil de la calle y oscuridad ver su casa.
El caso de los 27, nos grita que algo no funciona en nuestro país y que se debe enfrentar, y no andar culpando a otros de las fallas y errores propios.
