“¿Qué tan difícil puede ser?”

“¿Qué tan difícil puede ser?”

IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO

El día del orgullo de la comunidad LGBTI+ (Lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y más) se celebra el 28 de junio con marchas, como una forma de protesta de los grupos minoritarios que luchan para superar los prejuicios y discriminación; su origen fue en Stonewall, NY en 1969, en donde al igual que muchos países la homosexualidad era considerada ilegal. 

En México no obstante a que existen importantes avances en materia de inclusión, justicia e igualdad para esta comunidad, falta mucho por hacer, por lo que además de la marcha del Orgullo, muchas personas activistas de los derechos humanos realizan otras acciones a fin de sensibilizar y hacer reflexionar a la sociedad utilizando como medio la información y el arte para aperturar nuevos conceptos y así comprender la diversidad sexual de mujeres y hombres.

Es el caso del Arquitecto Adrián Soto, quien en su obra de exposición fotográfica “¿Qué tan difícil puede ser?” expresa a través de una ruta con dos segmentos de tonalidades, el proceso gris y oscuro que viven las personas en su transición para “salir del clóset” experimentando emociones de miedo, angustia, frustración y estrés ante la discriminación, rechazo, discursos de odio, y hasta crímenes de odio por ser quienes son, o por amar a quienes deciden.

El autor destaca algunos condicionamientos básicos de emociones e información que se necesitan para llegar al segmento de color que respalde la integridad de las personas de la comunidad, como el amor,  aceptación, y  apoyo del núcleo familiar, social, laboral y escolar; información para comprender lo que es género y orientación sexual, así como para romper mitos con preguntas y respuestas, por ej. si se puede elegir ser gay o lesbiana, o si las personas trans odian sus cuerpos, de entre otras.

Las fotografías por su alta calidad y drama, expresan sentimientos y emociones del efecto que tienen las prácticas de discriminación y odio de una sociedad homofóbica mostradas con adjetivos calificativos, frases destructivas, e imposiciones como “maricón, puto, joto, desviado, confundido, pecador, anormal, me das asco, hueles a joto, eres una abominación, prefiero verte muerto, sé discreto, no te beses aquí”, que producen fuertes escalofríos en las personas espectadoras.

Adrián Soto, señala que la religión e ignorancia manifestadas en constantes correcciones e imposiciones por parte de los núcleos cercanos, como “habla bien, sé femenina, pareces vieja, o machorra, esos juegos son de viejas, etc.”, puede matar la inocencia de los infantes, su libertad, seguridad y autoestima, que hará de él o ella una persona insegura, infeliz, miedosa, con deseo permanente de encontrar aceptación y cariño.

Así la obra expuesta en la capital de Coahuila, coadyuva con el propósito de la bandera del arcoíris creada por el activista Gilbert Baker en 1978 para representar la alegría, belleza y poder; el color rojo representa la vida, el naranja la sanación, el amarillo la luz, verde la naturaleza, azul la armonía, y morado el espíritu, recientemente se ha agregado el negro que es la diversidad, y el café para simbolizar la inclusividad.

¡Esto es personal, reflexiona e identifica la manera en la que contribuyes para que la ruta de transición de la comunidad LGBTI+ sea rápida o corta, oscura o de color!

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