Muy corruptos los que entraron
- El Ejecutivo interino de Temer sufre su primera gran polémica, solo dos semanas después de empezar su gestión
En las conversaciones, que duraron una hora y quince minutos, Machado le cuenta a Jucá que teme que su caso sea juzgado por el tribunal federal del juez Sérgio Moro, el responsable de investigar el caso Petrobras. “Hay que cambiar el Gobierno para parar esta sangría”, responde Jucá. Temer, opina Jucá, debería construir un pacto nacional “con el Supremo, con todo”.
Han bastado 11 días para que el Gobierno interino de Michel Temer enfrente su primer gran escándalo y sufra su primera baja. El periódico Folha de S. Paulo publicó el lunes una grabación del nuevo ministro de Planificación, Romero Jucá, en la que insinuaba que la salida del poder de Dilma Rousseff ayudaría a frenar las investigaciones anticorrupción.
Muchos vieron en sus palabras un mal presagio respecto al nuevo Ejecutivo: que, a pesar de que el Gobierno interino insiste en un discurso de renovación, contra la corrupción enquistada en el Partido de los Trabajadores, lo que pretende en realidad es minimizar el caso Petrobras, que salpica a varios partidos, incluido el del presidente Temer. La filtración causó tal polémica que, horas después de asegurar que no había motivos para renunciar, Jucá dejó el cargo.
Jucá, senador del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), es uno de los principales articuladores del proceso de impeachment de Rousseff, apartada del poder el pasado 12 de mayo. La grabación es de marzo pasado y el interlocutor del ministro era Sergio Marchado, expresidente de Transpetro, una empresa subsidiaria de Petrobras, según Folha. Machado fue recomendado para el puesto por el PMDB. Tanto Jucá como Machado están siendo investigados en el escándalo de desvío de recursos de Petrobras.