GANA MENCHACA, PIERDE VIGGIANO
De acuerdo a los primeros datos que se tienen de números oficiales, encuestas de salida y a los datos de Morena y a la actitud del PRI, todo indica que la elección para gobernador la ganó JULIO MENCHACA DE MORENA y que pierde la elección CAROLINA VIGGIANO DEL PRI, de tal manera que el 5 de junio del año 2022 debe considerarse como la fecha en que después de 93 años de gobernar Hidalgo de manera ininterrumpida, el partido tricolor debe entregar el poder a otro partido, porque así lo decidieron los ciudadanos con su voto.
Como en cualquier elección se puede ganar o perder, pero en el caso de Hidalgo la derrota trasciende la afectación a la figura de Viggiano, por la importancia que la dirigencia nacional priista le dio a nuestro estado hasta el grado de que ALEJANDRO MORENO decidió trasladarse a Hidalgo y afecta por lo mismo a todo el partido y a las ambiciones de la dirigencia nacional, que se apuntaba para la candidatura rumbo a la lucha por la Presidencia de la República en el 2024.
No es una derrota más, es una gran derrota para el PRI y una gran victoria para MORENA.
El día de ayer hubo dos conferencias de prensa: la de MENCHACA donde quedó claro el ambiente de victoria y la de VIGGIANO donde acepta que las números no le favorecen, pero anuncia que mantendrá su actitud de trabajar por el estado y señala la intromisión del gobierno federal en la elección.
Dos ambientes diferentes: el de la victoria y el de la derrota.
Porque no es lo mismo ganar que perder, y el PRI en Hidalgo durante 93 años se acostumbró a ganar, hasta el día de ayer.
Ya se analizarán las causas, pero es evidente que contó y mucho la marca AMLO para que ganara MORENA, y sin duda la actitud de serenidad y madurez de Menchaca, y un excelente equipo de trabajo encabezado por Natividad CASTREJÓN.
El ciudadano ya habló y decidió, y no hay vuelta de hoja.
La historia cambia después de casi cien años.
Gana MENCHACA, pierde VIGGIANO.
Gana MORENA, pierde el PRI.
Una nueva historia se inicia.
Que sea para bien de nuestro estado.
Porque no se gana para siempre, ni se pierde para siempre.
