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RETRATOS HABLADOS

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  • Circo de dos pistas, con

payasos por supuesto

Cada uno de los discursos de victoria pronunciados por el candidato del PRD, José Guadarrama Márquez, y el panista, Francisco Xavier Berganza Escorza, se fueron a la basura luego que los dirigentes de sus partidos anunciaron que finalmente darán vida a una “alianza de facto”, en la que evidentemente uno de los dos sobra.

            Las supuestas encuestas que colocaban en las nubes al cantante, fueron simplemente eso: inventos de su equipo de campaña, al igual que los discursos triunfalistas del profesor de Jacala. El hecho contundente es que ninguno de los dos contaba con posibilidad alguna de derrotar al candidato priísta, Omar Fayad Meneses. De otro modo no se entiende la decisión de última hora, si en solitario podían lograr una victoria contundente, según ellos.

            Extraña en todo el sentido de la palabra, que con todo el tiempo que tuvieron para conformar una alianza opositora real, decidieron no hacerlo, y al cuarto para los doce anuncian que siempre sí, y peor todavía con una justificación absurda como la que dio el líder perredista, Ramón Flores Reyes, quien aseguró que se esperaron hasta el último minuto, “por estrategia”.

            Puede haber muchas explicaciones, pero ninguna tiene que ver con estrategia (salvo que sea una que tenga como origen al Grupo Universidad), porque solo un demente podría recomendar los últimos días de campaña para animarse a ir juntos, todavía peor cuando ya no hay tiempo para modificaciones en las papeletas donde se votará.

            ¿Qué hay en términos reales detrás de esta declinación de alguno de los candidatos?

            La conferencia de prensa en definitiva no explicó absolutamente nada, y por el contrario generó más confusión de la que ya existía. Todavía más, aguantar hasta el día de hoy el anuncio sobre la identidad del que declinará, como si hasta el momento continuara la rebatinga por parte de Guadarrama y Berganza.

            Horas antes el candidato tricolor al gobierno del estado, Omar Fayad, aseguró que la declinación de uno de los dos personajes citados era inminente, previo pago de 50 millones de pesos, en efectivo y en una maleta (¿remember Profe?).

            Poco después se comprobó el dicho, y está pendiente conocer si efectivamente habrían cambalacheado su candidatura por suma de dinero tan millonaria.

            En el mismo sentido la “alianza de facto”, que solo se usa cuando es una verdadera emergencia, trae todavía más sospechas, porque parece apostar a la confusión del electorado, y aceptar por adelantado la derrota.

            Si alguien tiene la curiosidad de revisar cada uno de los discursos del candidato del PRD y del PAN, antes de este hecho, encontrará que en ningún momento se observaba disposición alguna para ceder su lugar al otro, y por el contrario jugaban el viejo juego de manejar frases absurdas como el “¡YA GANAMOS!” de Francisco Xavier, copiado a Fox, y por los mismo caminos transitaba José Guadarrama.

            Y sin embargo de la noche a la mañana descubrieron que no tenían posibilidad alguna de ganar en solitario.

            La falta de seriedad para conformar una alianza real traerá consecuencias desastrosas al PAN y al PRD. Lo saben, pero parece importarles poco.

            Ignoran, o hacen que ignoran, que el hartazgo en la política de los ciudadanos también los incluye, y que este acto de cinismo absoluto se traducirá en un enojo y frustración real de los seguidores que aún tenían.

            Ni Guadarrama, ni Berganza, se acercan en lo más mínimo al líder que en su tiempo fue Cuauhtémoc Cárdenas, y la declinación de Heberto Castillo a su favor, representó la esperanza real de un cambio en el país.

            Estamos ante un convenio de verdaderos cínicos y sinvergüenzas, que por supuesto, lejos están de los personajes citados.

            Gesticuladores, comediantes trágicos, en toda su expresión..

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

twitter: @JavierEPeralta

 

CITA:

            Ni Guadarrama, ni Berganza, se acercan en lo más mínimo al líder que en su tiempo fue Cuauhtémoc Cárdenas, y la declinación de Heberto Castillo a su favor, representó la esperanza real de un cambio en el país.

            Estamos ante un convenio de verdaderos cínicos y sinvergüenzas, que por supuesto, lejos están de los personajes citados.