Home Nuestra Palabra Javier Peralta Siempre es la última oportunidad para abrazar los recuerdos

Siempre es la última oportunidad para abrazar los recuerdos

0
Siempre es la última oportunidad para abrazar los recuerdos

LAGUNA DE VOCES

El lunes, poco después de las dos de la tarde, en el grupo por WhatsApp  de la Carlos Septién, que seguramente todos tienen en las escuelas donde cursaron sus estudios, llegó el aviso de que una compañera de sonrisa luminosa y una fe absoluta en la vida, había muerto, luego de una prolongada agonía por un cáncer que no la dejó luego de reaparecer al terminar una tregua que fue eso, una tregua.

Se llamaba Celina, vivía en Estados Unidos donde se casó y había procreado dos hijas, igual de bellas que ella. Gustaba como pocas personas que conozco de vivir con intensidad, de viajar, acudir a los eventos escolares, regresar a México con su familia de Sinaloa, y hacerse presente en los desayunos de compañeros y compañeras de la generación en que cursamos la carrera de Periodismo.

Hasta donde pudo mantuvo una actitud no solo digna sino alegre ante la enfermedad, y cuando todo estaba por consumarse, simplemente durmió a esperar el desenlace, no sin antes despedirse de su familia, y pedir a su hermana que cada uno de los que acudimos a la escuela y la conocimos, se dirigiera a ella para decirle adiós. Todos lo hicimos, y en muchos sentidos recordamos a los que antes también se habían ido.

Confirmamos que nuestro paso por la existencia es corto, fugaz, pero fundamentalmente la oportunidad de conocer y reconocernos en el grupo al que pertenecimos en esos años de absoluta vocación por los ideales, y por lo tanto de soñar cuando eran 20 y tantos los años de la edad.

En los días que siguieron Celina ya no despertó, hasta que el lunes partió a la Casa del Padre, siempre con la fe absoluta en el tiempo que ahora seguramente comparte con otros compañeros que han fallecido, con sus familiares más cercanos.

Comprendimos como nunca que siempre es preciso reencontrarnos con cada una de las personas con las que caminamos en tiempos tan únicos, porque siempre, a esta edad, podemos estar ante la última oportunidad de hacerlo, de recordar, de mirar hacia atrás con un gusto enorme, porque al final del camino somos nosotros y la memoria.

Eso aprendimos todos en estas semanas al lado de la compañera muerta, y ese será el compromiso: reencontrarnos todas las veces que se puedan, antes que llegue nuestro turno en este ceremonial de los adioses al que todos, absolutamente todos y todas, acudiremos puntuales.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta