EL PEQUEÑO TIMMY
A mitad de las campañas políticas para la renovación de la gubernatura, se puede ver que apenas comienzan a despegar, que los contrincantes se han estado guardando las pedradas para los próximos días, ya que tanta quietud no es normal en este tipo de ejercicios democráticos, en los que los cocodrilos esperan el momento oportuno para salir del estanque de un solo golpe y morder a la presa que se acerca a beber agua.
Lo que definitivamente da ternura es el actuar del candidato “mecha corta” que al no tener propuesta so ser increpado reacciona como fanático que con gritar cree que recuperará el control de la situación. La ocasión en la que fue a patear las puertas del IEEH vuelve a adquirir vigencia, tras lo acontecido en el Debate ciudadano, en el que “el cantante” perdió los estribos y al final no contestó el cuestionamiento hecho por Pilar Martínez Alarcón, presidenta de la Federación de Escuelas Particulares del Estado de Hidalgo.
Sin embargo, sigue causando ternura aferrarse a una fama que como artista tuvo en su momento, alguien debería decirle al candidato que lo que Hidalgo necesita es un perfil que sepa gobernar, no uno que deje los cargos a medias para buscar una candidatura en la que pareciera que sólo vino a cobrar. Mediocre que se ve cantando las rancias canciones que en su momento le dieron la fama y gloria, que no supo mantener. Así de nostálgico resulta vivir del pasado.
Y mientras esto sucede con el cantante y su fatídica campaña; el candidato del Partido Verde avanza, pero en un mes, queda claro que no tendrá oportunidad de alcanzar a sus contrincantes. Lo que no resulta sorprendente es que la gubernatura quede disputada entre dos perfiles: Carolina Viggiano y Julio Menchaca, por lo que la estrategia del “carrito ganador” comienza a ser aplicada a los dos perfiles que están por debajo.
En varios lugares la gente se pregunta qué tan útil será dar un voto a perfiles que no tienen posibilidades de llegar a la gubernatura y la decisión se torna entre los dos más fuertes, hasta el momento.
Tras un mes de campaña también no podemos dejar de ver la forma en que se trata a los brigadistas de las campañas políticas, esperemos que en esta ocasión no les queden a deber los tuestes de piel por el sol, las hinchazones de pies por tanto caminar, las ronqueras generadas por tanto gritar y el sudor de la frente por tanto trabajar.
Otro tema que está pendiente versa sobre el cinismo del cantante y la posibilidad de que regrese al Congreso Local apenas se sepa que ha sido derrotado (como muchas otras veces) en la contienda electoral, porque todo parece indicar que en la política, perfiles como este “son insaciables”.
