LAS LOCURAS DE CHARREZ
LESIONAN LA ECONOMÍA DEL VALLE
Las locuras y ocurrencias del alcalde de Ixmiquilpan, Cipriano Charrez, porque de alguna manera hay que llamarle a las acciones que lleva a cabo amparado en lo que dice es la autonomía municipal, que lo ha llevado a confrontarse lo mismo con el Poder Ejecutivo, con quien de manera sistemática se niega a coordinarse, que con el poder Legislativo a quien reta públicamente para que atienda sus caprichos, o a la autoridad judicial y a la población misma con cierre de carreteras que dirige más como líder de organizaciones sociales que como alcalde, han provocado enojo en la población y un rechazo por parte de quienes se ven afectado por este tipo de acciones que lastiman su modo honrado de vida.
No hay que olvidar que Ixmiquilpan y varios municipios del Valle del Mezquital viven del turismo gracias a las aguas termales que les permiten con el turismo tener una fuente de ingresos, sobre todo los fines de semana y en las temporadas de vacaciones como la que se avecina de Semana Santa.
La situación del país ha frenado de alguna manera el flujo del turismo a los lugares clásicos como Acapulco, Oaxaca y Michoacán y le ha dado un impulso sin precedente a nuestro estado, particularmente a lo que es nuestra oferta como es el corredor a la montaña, pero de preferencia los balnearios de aguas termales que están en el Valle y de manera subrayada en Ixmiquilpan como el Tephé, el Tepathé, Dios Padre, Eco Alberto y más adelante la oferta de las Grutas de Tolantongo, y lo que significa de opciones el Zindejé y todo lo que falta y queda por decir.
Sin embargo, para que esta oferta funcione y deje beneficios hace falta promoción adecuada que Turismo del estado y los mismos balnearios se esfuerzan por llevar a cabo para que el turismo venga y al final de cuentas deje buen dinero para quienes viven de esta industria sin chimenea.
El buen trato es el secreto, pues turista bien tratado regresa y es la mejor propaganda, para que con su recomendación crezcan las visitas.
En esta tarea de promoción y de optimizar el buen trato se supone que la autoridad municipal juega un papel fundamental y central, en su calidad de encargado de los intereses de los ciudadanos.
Pero ¿qué cree usted que pasa en Ixmiquilpan?. Que el señor alcalde es todo lo contrario, que junto con sus hermanitos, dueños cada uno de su organización para sus fines grillos, se encargan de crear un clima difícil que espanta al turismo, con cierre de carreteras como el del día de ayer en que así le exigen a los regidores de Ixmiquilpan que se arreglen con el alcalde, no mediante el diálogo y la concertación que parece aconsejar el arte de la política, sino mediante el uso de la fuerza y lastimando a terceros, en este caso a quienes usan la carretera, y a los ciudadanos que se benefician de quienes viajan en la carretera como turistas y que se dan la media vuelta y enfilan a otros destinos porque en Hidalgo, en el Valle las cosas están igual que en Guerrero donde las carreteras están tomadas por grupos de inconformes, nada más que aquí encabezados por un alcalde que no quiere coordinarse con nadie, porque se siente tan independiente que ni a las juntas de seguridad estatal se digna asistir y luego se quejará de que no se le apoya para la seguridad del municipio.
El estado que guarda el municipio es tal que los dueños de los balnearios, o sea los ejidatarios ya dan muestra de hartazgo y exigen que el señor alcalde arregle sus broncas con sentido común y deje de jugar al todopoderoso y se acuerde que el cargo es para servir y para trabajar en equipo y no para llevar agua a su molino, porque está dañando a las familias de quienes viven del turismo.
Da la impresión de querer un escenario igual que en Guerrero o Oaxaca donde cierran carreteras y queman vehículos a su gusto, sin que nadie les diga nada, sólo porque están inconformes. Como que quisiera convertir al Valle en un Guerrero chiquito y desde ahí convertirse en un líder opositor que diera rienda suelta a sus sueños de gran opositor.
Con una pequeña diferencia, Hidalgo no es Guerrero.
Aquí hasta donde nos acordamos la ley se hace cumplir, con el respeto debido a los ciudadanos y con toda la tolerancia.
Pero con un límite.
Que son los derechos de los ciudadanos.
Y en este caso, los derechos de la gente del Valle ya están siendo lastimados.
Y sobre los sueños de grandeza, sea quien sea, suponemos que están los derechos de las mayorías.
