Las obras del Presidente Pascual Ortiz Rubio

“El Fusil”

 

 

“Cada momento histórico, así como cada personaje, trátese de un político, un artista, un escritor, un abogado, o una cocinera, despierta entre quienes viven un determinado evento en la historia, la admiración, la envidia, el amor o el odio necesarios para que se corra la voz sobre cualquier cosa que haya sucedido, o no…” Marcelo Yarsa en su libro “101 Rumores y secretos en la historia de México”.

 

 

 

*Pascual Ortiz Rubio nace en Morelia Michoacan el 10 de marzo de 1877.

“Estudia en el Colegio de San Nicolás en Morelia y se traslada a la ciudad de México para cursar la carrera de Ingeniero topógrafo e hidrógrafo…”.

“… El 4 de marzo de 1929 durante la convención organizadora del Partido Nacional Revolucionario, Calles lo impone como el primer candidato presidencial del nuevo PNR. Su designación se califica como “madruguete” porque se daba por hecho de que Aarón Sáenz, obregonista, sería el elegido. En sus Memorias escribe el propio Ortiz Rubio: “(Calles) me pidió que aceptara ser Precandidato a la Presidencia por el Partido por él organizado, compitiendo con Sáenz para el que me dio a entender que la mayoría tal vez no lo aceptaba y había el peligro de disolución de la familia revolucionaria; que yo estaba en condiciones excepcionales para encabezar el partido por mi ausencia del país de muchos años y mi ningún compromiso político con las facciones reinantes… Me entregaba, en caso de mi triunfo, un grupo completamente adicto a él, más bien dicho servil a Calles, y era de presumirse lo difícil de manejarlo. Pero no había más remedio: acepté ser candidato de su partido y tenía que cumplir mi compromiso.”

 

“Inicia su campaña el 26 de mayo de 1929 en el estado de Hidalgo, sus competidores son José Vasconcelos, nominado por el Partido Antirreeleccionista que hacía campaña desde enero, el general Pedro Rodríguez Triana por el Partido Comunista, y Gilberto Valenzuela y Antonio I. Villarreal, que se levantan en armas con la “revolución escobarista” que interrumpe el proceso electoral.

 

Derrotados los rebeldes por el general Calles, se reinician las campañas electorales. El 17 de noviembre se realizan las elecciones en las que sale triunfante Ortiz Rubio. Pero las elecciones son calificadas por Vasconcelos como fraudulentas. Al respecto, Javier Garcíadiego (La Campaña de 1929: el mito del fraude) señala que Ortiz Rubio ganó porque contó con un partido, el naciente PNR, que tenía presencia en todo el país, con una mejor estructura organizativa y un discurso moderado tras el ambiente de violencia generado por los asesinatos de los generales Gómez, Serrano y Obregón, así como por la cristiada, que atrajo a un mayor número de electores que deseaban la paz; asimismo, “tuvo a su favor la activa y fructífera labor de todo el aparato político nacional: gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales y hasta caciques”, además del ejército, y de las organizaciones obreras y campesinas. “Los resultados oficiales, que asignan casi 94% de los votos a Pascual Ortiz Rubio y sólo poco más del 5% a José Vasconcelos parecen verosímiles”. Toma posesión el 5 de febrero de 1930 …”.

 

El 20 de enero de 1932, Calles obliga a Ortiz Rubio a entregar las secretarías que desempeñaban Luís Montes de Oca, Genaro Estrada y Aarón Sáenz. La manifiesta subordinación de Ortiz Rubio a Calles provoca la burla popular que lo tacha de “nopalito” (por baboso) y hace mofa del mismo: “el que vive en esta casa/ es el señor presidente, pero el señor que aquí manda/ vive en la casa de enfrente”. El 30 de julio siguiente, Calles renuncia al gabinete y designa como su sustituto al general Abelardo Luján Rodríguez, quien está destinado a suceder a Ortiz Rubio. Para manejar el proceso de sustitución, Calles nombra presidente de la Cámara de Diputados a Melchor Ortega y presidente del Colegio electoral a Luís L. León.

 

Habiendo cumplido el plazo para que el Congreso pudiera designar un presidente sustituto, sin convocar a elecciones, y ante el descrédito de su gobierno supeditado al jefe máximo Calles, Ortiz Rubio presenta su renuncia el 2 de septiembre de 1932 “para que con mayor unidad de acción en el futuro –ya que no de pensamiento- se logren plenamente las altas finalidades que todos perseguimos”. Después escribiría en sus Memorias: “me convencí de que, o acudía a la violencia para imponer mi autoridad, o renunciaba; a pesar del apoyo militar que tenía, resolví lo segundo, porque dados los elementos con que contaba el enemigo tendría que ofrecer seria resistencia y se podía provocar una nueva guerra civil”. Parte a bordo del Tren Olivo al exilio a los Estados Unidos, en donde permanece hasta 1935”.

A su regreso el presidente Cárdenas lo designa director de Petromex, hoy PEMEX.

El 7 de diciembre de 1961, el presidente López Mateos lo nombra representante del gobierno en el Patronato de la Asociación Nacional de Ingenieros y Arquitectos de México.

Muere en la Ciudad de México el 4 de noviembre de 1963 …”.

 

 

Citando el texto introductorio: “… entre quienes viven un determinado evento en la historia, la admiración, la envidia, el amor o el odio necesarios para que se corra la voz sobre cualquier cosa que haya sucedido o no…”, se cuenta que entre las pocas obras que inaugurara el Presidente Ortiz Rubio está el pasaje que cruza la calle de “16 de Septiembre”  paralelo a la vieja calle de San Juan de Letrán, inaugurado con “bombo y platillo” y que ahí presumiendo lo hecho comentaba la necesidad de que se le incrementaran sus “emolumentos”, y como esto no era posible por ser un rubro que requiere aprobación del Congreso, un expresidente le aconsejaba “… mejor has obritas como esta …”.

 

 

 

*MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO. Doralicia Carmona; parte del texto.

 

 

 

 

 

 

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