OPINIÓN

Bien dicen que con el tiempo, a todo lo bueno se acostumbra y a eso se aferra la clase política. Se acostumbran a las tranzas, a hacerse de puestos públicos sin trabajar, se acostumbran a la impuntualidad y se acostumbran a verse unos a otros como hermanos de leche, porque al final, todos cobran del erario público; es decir, de los impuestos que usted y yo pagamos a diario.

El problema no son los salarios, tampoco las dietas y compensaciones millonarias que obtienen políticos como los diputados locales sino que de verdad ni siquiera disimulen que están trabajando, todo parece indicar que la silla de la Junta de Gobierno le ha quedado grande a Jorge Hernández Araus, porque todo se está saliendo de control en su administración, que por cierto, en menos de seis meses concluirá. 

La verdad ha dejado mucho que desear el diputado que en su momento fue elegido por la bancada morenista como reemplazo de aquél que enfermo de poder y con guitarra en mano se fue para volver a ser candidato, Hernández Araus fue el perfil idóneo para suplir a Francisco Xavier en la silla donde tanto el segundo como el primero no lograron “cuajar” una verdadera posición de mando y liderazgo.

Tan es así que los diputados, recorren las sesiones a conveniencia de tiempos y caprichos; tan es así que se han quedado sin quórum incluso al iniciar las sesiones (¡qué desfachatez!), ni siquiera tenemos que hablar del comportamiento tan corriente de algunos y algunas integrantes de la 65 Legislatura, porque por mucho que sea la Casa del Pueblo, hay protocolos y formas que los legisladores deberían respetar. 

La expresión latina “Prior in tempore, potior in iure” (primero en tiempo, es primero en derecho) la han dejado en desuso, porque si con esta se midiera el actuar del Congreso Local parecería tortuga en la carrera de la vida política de Hidalgo. La impuntualidad al inicio de las sesiones, el que se salgan a fumar (por no aguantar un par de horas sin tabaco), el que no estén en la Sala de Plenos para las votaciones y más, solo reflejan lo mal que fueron elegidos varios perfiles al momento en que los partidos los candidatearon o bien los pusieron en las becas plurinominales. 

¿Dónde está el presidente de la Junta de Gobierno? No es una pregunta que hagamos  ahora, todo parece indicar que la 65 Legislatura comenzó sin pies ni cabeza, y que la bancada morenista que tuvo la oportunidad de tener en su primer año el liderazgo del Congreso, volverá a quedar en un color opaco y gris quizá por debajo de la que presidió en su momento Ricardo Baptista, que eso ya es mucho decir.

Pero bueno, todo parece indicar que para algunos perfiles, lo de hoy es acostumbrarse a lo bueno y comenzar a mirar el después, porque hay quienes hacen trayectoria con trabajo político y hay otros que lo hacen lamiendo botas de quienes se pueden convertir en padrinos políticos. Así las cosas en este Congreso al que si no fuera por unos cuantos ya se le hubiera borrado la H de Honorable.