RIP

RIP

El Faro

El pasado 16 del presente mes, murió en Monterrey, María del Rosario Ibarra de la Garza, mucho más conocida como Rosario Ibarra de Piedra (RIP). En años, no muy lejanos, fue conocida por su activismo político al ser nominada candidata a la presidencia nacional y ocupar puestos de senadora y diputada federal. Pero esto son consecuencias, no raíces. 

Su lucha radical comienza en la década de los setenta. Su hijo desapareció tras ser acusado de pertenecer a la liga 23 de septiembre. Fue apresado y nunca más se le volvió a ver. Una madre no se queda tranquila sin ver a sus hijos, aunque estén muertos. Comenzó la búsqueda. Esta es la raíz de la importancia de Rosario Ibarra de Piedra (RIP). 3 consideraciones al respecto.

1.- Todo el siglo XX ha sido en la historia de México un luchar por no vivir en la pobreza, por luchar por causas que parecían perdidas mas eran de justicia. Movimientos revolucionarios, grupos de luchas, toma de armas, nombres cercanos a la leyenda, defensores a su modo de una vida mejor para todos. Y normalmente una respuesta común por parte de las autoridades: violencia y represión. La lucha yaqui, la liga 23 de septiembre, Lucio Cabañas… sin tocar los míticos revolucionarios. Todos ellos aparecen en el impulso de Rosario Ibarra de Piedra (RIP).

2.- La mujer, la madre. La historia de la que hemos hablado en el párrafo anterior está llena de mujeres valientes. Madres unas, hermanas, otras. Todas valientes y dispuestas a entregar su vida por el esfuerzo de encontrar a quienes quieren más, al fruto de sus entrañas; al hijo, esposo, hermano que de manera anónima ha desaparecido de la faz de la tierra sin dar posibilidad de llorarlo, rezarlo y enterrarlo. Su compromiso y voluntad no tiene caducidad, no se detendrá por una, dos o más vidas hasta que se cada una y todas encuentren a quienes buscan. Rosario Ibarra de Piedra (RIP), más allá de sus ocupaciones, no era más que otra mujer más en este país buscando a su hijo y asociándose con otras mujeres para encontrar todas a los suyos.

3.- Desde lejos viene a la madre patria el pesar de estar desapareciendo a sus propios hijos y de estar buscándolos. Un juego de terror a escondidillas. Hasta la fecha seguimos en eso con frialdad cínica e indignación, a veces, desesperada.

Rosario Ibarra de Piedra (RIP), más allá de ser creyente o no, murió un Sábado Santo, el tiempo en que Jesús está muerto y se esperaba su resurrección. Ojalá las causas y las consideraciones que vivió y por las que existió Rosario Ibarra de Piedra (RIP) no se marchiten en la oscuridad de la muerte, sino que, con el compromiso de todos, florezca en justicia de vida. Que nadie más desaparezca y que nos organicemos para encontrar a los que nos faltan. Sigamos luchando por las causas que nos preocupan y que son necesarias para una vida mejor. En sus memorias.