
El Chelsea había hecho lo más complicado, lo que parecía improbable: puso 3-0 en la lona al Real Madrid en su propia casa. Tenía en sus manos eliminar al máximo campeón de la Champions League en su torneo, pero su mal manejo de partido, errores puntuales y un equipo blanco que supo aprovechar lo que tuvo, dejó un marcador 2-3 en el Santiago Bernabéu en tiempos extras, con el que los Merengues avanzaron a semifinal tras un global de 5-4.
El 3-1 en el partido de ida en Stamford Bridge obligaba a los británicos a ir al frente. El Chelsea arrancó con la iniciativa del partido en busca del gol.
Y aunque no fueron genialidades, las jugadas colectivas rindieron frutos, primero al 15 con Mason Mount, después al 51 con Antonio Rudiger y justo cuando se consumaba el milagro al 75 con Timo Werner, Rodrygo mandó al traste los esfuerzos del equipo azul cinco minutos después.
Seis minutos después de iniciados los tiempos extras, apareció el de siempre, el líder del Madrid, Karim Benzemá, que con su gol, mando al equipo blanco a una nueva semifinal de la Champions League.