Tic-Tac

Tic-Tac

Letras y Memorias

Mientras yaces acostado, alcanzas a percibir el sonido del tiempo consumiendo lo poco que queda de tus sueños. Intentas desplazarte de la cama pero, sientes como una enorme fuerza te atrae hasta ese colchón. Sientes pesados los brazos, indicas a las piernas que por piedad reaccionen y te hagan levantar del trance pero, es inútil… 

Con desesperación intentas gritar pero del pecho no sale ruido alguno, menos de la boca que parece sellada ante la histeria de saberte prisionero de tu propio colchón, de las sábanas celestes que a diario presencian tus miedos e inseguridades mientras las pesadillas te abrazan.

“Tic-Tac”. Sigue transcurriendo el tiempo y ahora parece que la vejiga va a traicionarte, aprietas con fuerza la frazada y tratando de enderezar la espalda, caes de nuevo en la desesperación de no poder moverte. 

  • ¡Carajo! ¡No! Hoy no, por favor… 

Ni hoy, ni mañana, es más, ni siquiera ayer. A decir verdad, no terminas de asimilar cómo es que el tiempo está obrando en contra tuya. El magno reloj celestial sabe de ti, sabe de tus deberes y necesidades, sabe todo cuanto has pasado y pasarás, y aún así optas por luchar contra la mano celestial de quien todo lo controla y todo lo ve.

“Tic-Tac”. Las manecillas de tu viejo reloj de pared clavado a tu costado diestro siguen avanzando. Tu córnea se mueve con tenebrosa agilidad como escaneando el ambiente entero, buscando salidas, maquinando ventanas donde antes las puertas no existieron… Nada. 

Los primeros rayos del sol cruzan por el umbral detrás tuyo, sin saber qué hora es, empiezas a intuir que llegó el momento de ir y vivir la mentira que representa una vida sin autonomía, sin albedrío libre y sin paz, porque, aún añorando levantarte de esa cama suave y acogedora, sabes bien que tus ímpetus y pasos están contados todos desde el principio hasta el fin, sin que conozcas a ciencia cierta cuándo o cómo te llegará ese final. 

“Tic-Tac”. Tu pecho ya no se agobia, no hay agitación en los latidos del motor que dentro tuyo bombea la sangre porque, ¿con qué fin pierdes la cabeza ante el tiempo? Estúpido es querer vencerle cuando él estuvo antes que tú, y seguirá entre nosotros incluso cuando ya nadie te recuerde. 

Exhalas. Después de todo, no es muy inteligente entregarte a la paranoia. Se vuelve liviano tu cuerpo, parece que luego de tanto, finalmente te ha dejado de importar el tiempo, sabes que eres insignificante ante su mano macabra y, así sin más, te rindes.

Hoy llegarás tarde al trabajo porque así estaba escrito, así se sabía y así debía cumplirse; lo que es un misterio porque allá arriba nadie lo tenía en mente, es que ibas a ceder a tu vejiga, y acabarías orinando la cama.  

¡Hasta el próximo jueves!

Postdata: El tiempo no existe, lo único real es aquello que hacemos con él. Lo único tangible son las acciones que dejamos tatuadas sobre los segundos, minutos o días. 

Mi Twitter: @CamaradaEslava  

Mi correo electrónico: osmareslava@plazajuarez.mx/historico/historico 

Related posts