Proceso de destitución de Dilma
- El Gobierno perdió en el Tribunal Supremo el último recurso contra la destitución
Más de 65 senadores están inscritos para tomar la palabra (15 minutos para cada uno), por lo que se prevé una maratónica sesión senatorial, que probablemente termine la madrugada de este jueves
Tras forcejeos judiciales, que parecían trabar el proceso, el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff se adentra en su fase más dramática: la que apartará a la actual jefa del Estado de Brasil del poder, por lo menos 180 días. A las diez de la mañana de ayer comenzó la sesión del Senado. Cuando termine, si una mayoría simple de los 81 senadores así lo decide –cosa que todos los especialistas dan por hecho – Rousseff deberá abandonar el Palacio del Planalto, sede de la jefatura del Gobierno. No definitivamente, pero casi.
Lo que los senadores deciden, de facto, es la apertura formal del impeachment, del proceso de destitución, que durará, como máximo y a partir de ayer, esos 180 días. Lo determinante es que durante ese tiempo Rousseff no podrá ser presidenta y el poder lo asumirá el vicepresidente Michel Temer, hasta hace poco meses su aliado político y ahora su peor enemigo.
Durante ese tiempo, mientras uno desarma el gabinete existente, nombra ministros y muda el rumbo de la política del país, Rousseff jugaba su última carta al recurrir al Tribunal Supremo para que anulase el proceso, liderado por un expresidente del Congreso imputado por corrupción. El Tribunal no lo aceptó, así que la presidenta vivirá una suerte de destierro en su propio Palacio de la Alborada, su residencia oficial, existiendo en un limbo judicial e institucional jamás visto en la historia de Brasil.
A petición propia, más de 65 senadores tomarán la palabra, uno detrás de otro, para explicar su postura. Cada uno tendrá 15 minutos como máximo. Si la mayoría agota su tiempo (cosa bastante posible), teniendo en cuenta que está programada una pausa de una hora para la comida y otra en la tarde, la extenuante sesión durará 18 horas. Es decir, terminará de madrugada en Brasil, con la votación propiamente dicha.
Aún no se sabe qué pasos concretos dará Dilma Rousseff después de enterarse de su previsible derrota. Hasta hoy, se especulaba en que bajaría, este jueves, acompañada de sus seguidores y un grupo de militantes, la rampa del Palacio presidencial del Planalto, en un acto simbólico de despedida. Pero ese acto fue suspendido, debido a que daba a entender, que ella renunciaba a su cargo, cosa que ella no está dispuesta a hacer.