
RELATOS DE VIDA
No lo vuelvo a hacer, dije cuando el dolor de cabeza me despertó del profundo sueño en el que me encontraba, y me llevó a buscar una pastilla para calmarlo y regresar a los brazos de Morfeo.
No lo vuelvo a hacer, pronuncié cuando el mareo me hizo abrir los ojos para darme cuenta que el cuarto daba vueltas y no encontraba la forma de frenar esa rueda de la fortuna en la que se había convertido mi habitación.
No lo vuelvo a hacer, entoné cuando el revoltijo en mi estómago me anunciaba que no alcanzaría a llegar al baño para regresar el alimento que ingerí por la noche y debía permanecer quieta.
No lo vuelvo a hacer, respondí a mi compañero de trabajo luego de preguntarme si me sentía mal porque mi semblante no era para nada agradable por las ojeras de haber pasado una mala noche.
No lo vuelvo a hacer, me dije cuando caminaba en modo zombie sin prestar atención a las labores que debía realizar, ante el anhelo de llegar a casa para aventarme en la cama y dormir un buen rato.
No lo vuelvo a hacer, me repetí en varias ocasiones durante el día, luego de una noche de fiesta con los amigos, aunque en mi interior y cínicamente sé que lo volveré a hacer.