¿QUÉ DIABLOS PASA?
Estamos en momentos de confusión ,entendidos como la falta de elementos para pensar de manera clara por una desorientación de la realidad, en que se dan hechos y acciones que impiden ver con certeza lo que sucede y tener una explicación contundente que le dé carácter de ser algo con bases y fundamentos que respalden estos hechos y se logre la tranquilidad personal y social.
Pero se dan hechos a nivel nacional y local que deben ser aclarados por los que los provocan, porque cuando no se tienen elementos de juicio que los expliquen, cada quien se los explica de acuerdo a su real entender, aumentando la confusión porque muchas veces se lleva agua a los molinos particulares.
A nivel nacional el ambiente está enrarecido por hechos como el caso del hijo del Presidente, con reacciones difíciles de entender por el tamaño en que ha escalado el enfrentamiento, y ni se diga la batalla permanente entre liberales y conservadores que lo único que ha logrado es dividir fuertemente a la sociedad.
Queremos suponer que todos quieren el bien del país y que se actúa de buena fe, pero lo que se ve y siente es que más bien se defienden capitales de poder.
Después viene el escenario de peleas por el poder entre partidos políticos, y decisiones que lesionan seriamente la estabilidad nacional con acciones en que una mayoría sumisa, como ha sido tradicional se doblegan a caprichos de poder.
Todo esto crea confusión y frena avances y logros para bien de México.
Vivimos tiempos confusos donde es notoria la lucha abierta entre prensa y poder.
En el estado también hechos que crean confusión ,como la lucha de la gubernatura, con partidos como el PRI donde el enfrentamiento por la candidatura dejó claro que hubo una imposición desde fuera y un daño fuerte a la unidad clásica del partido tricolor, que ahora se busca componer con acciones de última hora.
Sin embargo, esta unidad que mucho tiene en la base la lucha por conveniencia, crea dudas serias sobre la victoria.
En Morena, donde los resentidos mantienen, algunos de ellos, labor subterránea para lesionar la apuesta por Menchaca, es otro escenario de dudas y traiciones.
Súmele a esto que estamos en los últimos meses del gobierno donde más de uno lo que busca es salvar un modo de vida que se ve en peligro por el cambio de poderes.
Hay confusión sin duda.
Incertidumbre y falta de claridad es lo que se tiene.
Oscuridad para tener certeza de camino.
Que alguien prenda la luz.
Urge.