Con una forma muy particular de acercarse a la gente, de contar historias y de hacer una que otra travesura, Félix Castillo García, mejor conocido en el barrio y en la ciudad como “El gato Seco”, supo forjarse una carrera y hoy dejar un legado de historias y anécdotas contenidas en libros, publicaciones periódicas, programas de radio, audio leyendas, y más, que en su mayoría contenían parte de su historia como minero de Pachuca.
En Diario Plaza Juárez mantuvo vigente sus columnas: “Un infierno bonito”, en la que además de incluir relatos sobre la vida de los mineros de Pachuca entre 1950 y 1980, relataba con un estilo particular, la nota roja de la capital hidalguense y alrededores; así mismo, la sección “Personaje de barrio”, en la que describía a singulares personas de los barrios altos de Pachuca, mismos que tenían experiencias un tanto chuscas aunque tampoco faltaba la tragedia.
Fue locutor y tuvo la titularidad del programa “Real y Minas de Pachuca” que se transmitió por décadas en Radio y Televisión de Hidalgo, posteriormente al quitar el programa de la barra de programación, decidió emigrarlo a Radio Plaza Juárez en julio de 2016.
El Gato Seco publicó en 1994 el libro: “Un infierno bonito” y en 2003 “Un infierno bonito”, también tuvo presencia en el alpinismo mexicano, quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo pudimos observar alguna vez sus fotografías en algunas de las cimas más importantes del país.
En la presentación del libro, “Un infierno bonito”, Arturo Herrera Cabañas, describe como contaba su propio nacimiento El Gato Seco: “… el vio la primera luz un 3 de mayo de 1941 en Pachuca. Cuando el cueterio resonaba en la cañada minera para festejar el Día de la Santa Cruz”.
Por los numerables relatos, supimos que Don Félix (como cariñosamente siempre le hablamos en la redacción del Diario Plaza Juárez), había estudiado la primaria en la escuela Justo Sierra de Pachuca, y que posteriormente había entrado a trabajar a las minas, en dónde estuvo hasta enfermarse y quedar con daños permanentes en su salud.
“Los relatos de un Infierno Bonito, que ustedes llegan a leer, tienen un 95% de realidad, aunque los firmo como “El Gato Seco”, porque es el apodo que me pusieron, porque entré a los 16 años a la mina, y trabajé como burro 20 años en diferentes minas; para mí fue un Infierno Bonito, por dos formas: el Infierno por el trabajo, donde hay mucho polvo, calor, con muchos peligros y por la forma de morir de silicosis, la enfermedad incurable de los mineros. Lo bonito, es por la amistad de los compañeros y por haber conocido todos los túneles, cielos, frentes, planes, rebajes, y tiros.
Mi nombre es Félix Castillo García y me volví desmadroso, alburero, grosero y chupaba más que un recién nacido; les voy a contar algo de lo mucho que me pasó. Trabajaba En la mina de San Juan Pachuca, en un contrato donde tenía que bajar 370 metros de profundidad, mis compañeros y yo nos metíamos al túnel que nos llevaba a la mina de Santa Ana, hacía un calor encabronado, teníamos que trabajar únicamente con un calzón o una franela atravesada. Enseñando las nalgas como bailarina, salía arrastrando las patas de cansado, pero ya sabía a lo que me tenía que enfrentar…” (Fragmento del relato “Mi hermano” en la columna: “Un infierno bonito” de Diario Plaza Juárez, 20 de mayo de 2020).
Hace un momento se dio la triste noticia, de que el amigo, locutor, escritor, gestor cultural y demás mil usos que tenía El Gato Seco, falleció a los 80 años de edad en su casa ubicada en Vista hermosa en Pachuca. Desde la redacción del Diario Plaza Juárez nuestro reconocimiento, admiración y un “hasta pronto” para Don Félix Castillo, nuestro Gatito Seco.
