El petróleo se acaba ¿A quién le importa eso en México?

NÚMEROS CLAROS

La Unidad de Coordinación con Entidades Federativas (UCEF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), informó que en la segunda semana de abril otorgó a los Estados 10 mil millones de pesos, a fin de compensar la caída en sus ingresos producto de la caída de los precios del petróleo, procedentes del Fondo de Estabilización de los Ingresos de Entidades Federativas (FEIEF), el cual cuenta con 40 mil millones de pesos.

 

 

En época de bonanza petrolera, cuando México se reencontró en los años setentas con la riqueza petrolera perdida en los años veintes de Siglo XX, nadie pensó en buscar la mejor forma de invertir para asegurar el desarrollo futuro del país, se consideró que el petróleo, como en Venezuela o Arabia Saudita, era interminable. De igual manera, cuando los precios del petróleo superaron los 100 dólares por barril, nadie supuso que los precios podrían caer por debajo de los veinte dólares, por debajo de su precios de producción; todo lo contrario, todo mundo supuso que los precios no caerían más debajo de los100 dólares.

 

Esa fala de prevención y de lo que el “filosofo” Felipe Calderón Hinojosa, llamó “Altura de Miras”, han puesto a México en más de una ocasión contra la pared. Siempre, siempre y siempre, los recursos provenientes del petróleo se han derrocado con escaso control y, al final, han terminado materializados en lujosas residencias de gobernadores en Miami, Florida, en Paris, Francia, en Santa Fe, Las Lomas, San Ángel o Polanco, en la Ciudad de México.

 

Todo bajo en sacrosanto principio de que “las propiedades dejan huellas, pero el dinero no”; todo bajo un tejido contable de orfebre que no deja huellas, definitivamente; por que si nuestra democracia fuera al menos un poco como la brasileña ¿Cuántos políticos habrían caído ya en desgracia?.

 

Pero no, todos los gobernadores estarán contentos con recibir parte de esos 10 mil millones de pesos en sus participaciones federales, no porque ellos les ayude a sacar los proyectos pendientes o en ejecución en las zonas pobres o deprimidas y marginadas de sus entidades federativas, sino porque apuntalarán sus cuentas personales ¿o a caso no será así?. Lamentablemente, en buena parte la historia mostrará que mucho de ese dinero que recibieron los Estados en participaciones terminó en mansiones o en el peor de los casos, como ya existen muchos casos, en los casinos de las Vegas.

 

Pero en medio de la caída generalizada de los precios de las materias primas, entre ellas el petróleo; no todos los países reparten, reparten y vuelven a repartir dinero procedente de la venta del petróleo; algunos tienen más visión que otros. Por ejemplo, Arabia Saudita acaba de anunciar que se está preparando ya para cuando deje de producir petróleo y para ello está creando un fondo de inversión de alrededor de 2 billones de dólares en 20 años, con lo cual pretende terminar con la dependencia del petróleo en sus ingresos. Y nos preguntamos ¿Por qué a México nunca se le ocurrió hacerlo?.

 

Arabia Saudita le ha informado a Bloomberg que le va dar un nuevo destino a sus fondos soberanos, además de su fondo de estabilización del presupuesto público, creado en 1952 para gestionar las reservas de divisas del país, mientras que un segundo fondo de ahorro está preparándose para cuando llegue el punto del no retorno, el agotamiento del petróleo.

 

Actualmente, Arabia Saudita tiene un Fondo de Inversión Pública, creada en 2008, del que se invierte en la economía local un total de 80 mil millones de dólares; el cual podría ampliarse y crecer hasta los 2 billones de dólares en 20 años. El objetivo, es obtener desde ahora tanto dinero como sea posible y diversificarlo para no depender del petróleo, lo que actualmente representa el 90% de sus ingresos fiscales y exportaciones. Algo de lo que se ha hablado en México durante los últimos 30 años, pero no se ha hecho nada al respecto, sino derrochar los ingresos petroleros sin pensar en el mañana.

 

¿Qué están pensando los saudíes? Están pensando en invertir en el extranjero, en sectores como la tecnología, transporte, la industria de punta o la nueva industria como la aeronáutica, la robótica, la genética, la electrónica, las comunicaciones, la energía renovable… Con lo cual, sus fondos soberanos tomarían paulatinamente el relevo de los ingresos del petróleo, al proporcionarle al Estado un alto rendimiento.

 

Pero No es el único caso. Existen otros fondos de soberanos de ejemplo como los de Qatar o Noruega, invertidos en bonos, acciones, bienes inmuebles, entre otros. Pero lo cierto es que, contrariamente a lo que pasa en México, en Arabia Saudita el Consejo de Ministros aprobó ayer lunes un amplio plan de reformas para diversificar la economía, la cual hoy depende del petróleo, algo que no se hizo en México cuando había recursos petroleros e ingresos abundantes. Lamentablemente, ahora las esperanzas están cifradas en el ingreso de inversión extranjera directa, atraída por las inversiones en la extracción del petróleo y la generación de energía, en las decisiones que se tomen en Wall Street sobre el rumbo de los tipos de interés, como si hubiéramos perdido parte de nuestra soberanía frente al mercado.

 

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