Leyenda italiana
Esta semana falleció a los 90 años, Mónica Vitti, una de las actrices legendarias del cine italiano.
Su verdadero nombre era María Luisa Ceciarelli y nació en Roma el 3 de noviembre de 1931. Tras estudiar en la Accademia Nazionale de Arte Drammatica debuta en el teatro destacando en la comedia.
Su primera película fue Ridere ridere ridere de Edoardo Anton de 1954, pero no es hasta seis años después que alcanza la fama bajo las órdenes de Michelangelo Antonioni que la dirige en La aventura, a la que seguirán otros clásicos como La noche, El eclipse y El desierto rojo.
Joseph Losey la selecciona para interpretar a la agente británica Modesty Blaise.
Y participa en cintas de episodios como Alta infidelidad, Las muñecas de Franco Rossi, las reinas de Luciano Salce y en divertidas comedias como El cinturón de castidad de Pasquale Festa Campanile con Tony Curtis o La chica con la pistola de Mario Monicelli, en la que interpreta a una siciliana deshonrada que busca venganza o Celos al estilo italiano de Ettore Scola con Marcello Mastroianni.
Entre sus últimos filmes destacables están El fantasma de la libertad de Luis Buñuel y El misterio de Oberwald, en la que se reencuentra con Antonioni en el papel de reina.
Afectada por el alzheimer se retira de las pantallas en 1992, luego de protagonizar el filme televisivo Ma tu mi vuoi bene?
Curiosa mezcla de belleza y simpatía, Mónica obtuvo infinidad de premios entre los que destacan un oso de plata del Festival de Berlín y 10 globos de oro.
Su muerte deja un enorme vacío en la cinematografía mundial.
