YA NO ES COMO ANTES
Los cambios en todo son parte de un proceso natural, casi siempre para mejorar, sin negar que en muchos casos los cambios son retrocesos con los que se interrumpe un camino de logros y éxitos que redireccionan todo, sobre todo en política, por la ideología dominante que impone sus reglas del juego.
Cambiar es parte de la existencia, con todo lo que implica este concepto en cuanto a la existencia misma y todas sus circunstancias en lo social, cultural, económico, y todos los etcéteras que se quieran añadir.
Sin embargo, y hablemos de política, había realidades que parecían para siempre, como fue el sueño de los faraones que no pensaban en que su imperio se acabaría, o como el imperio romano que parecía estar hecho para la eternidad.
En México parecía que el PRI era un partido hecho para durar siempre.
Pero la realidad del cambio, en todo, nos muestra que hasta el PRI ya no es como antes, y que sus días de esplendor y de poder absoluto son cosas del pasado.
Ahora ese poder lo tiene Morena, el partido del Presidente que obvio no es del PRI.
Los tiempos del presidencialismo priista son una historia pasada.
Y esto repercute en los estados, y repercute en Hidalgo, que vive el proceso para elegir nuevo gobernador.
Si fueran los tiempos de antes, sería el Presidente el que con su poder inclinaría la balanza para decidir quién era el ganador de la candidatura, y de hecho la gubernatura, porque en la gloria del poder tricolor no había quién le ganara.
Pero eran otros tiempos, y ahora ya no es como antes.
En el PRI, sin el Presidente de la República de su color, desde la decisión para la candidatura ya hubo problemas y enfrentamientos, que dicen los que mueven la situación que está todo arreglado, aunque quedan dudas muy fuertes sobre este tema de la cicatrización y abrazos de reconciliación.
Está más que claro que ya no es como antes, donde ya se sabía quién ganaría.
Ahora hay incertidumbre y dudas, porque enfrente tienen un rival muy pesado que va por todo.
No, ya no es como antes. Y lo saben.