Volvieron las posadas

Volvieron las posadas
Photo Credit To Karina Martínez Reséndiz


“Los pastores a Belén corren presurosos, llevan de tanto correr los zapatos rotos” cantan por las calles del Barrio de Las Lajas un grupo de personas en donde abundan los niños. Caminan, cerca de las ocho de la noche, entre los callejones mientras siguen a cuatro infantes que cargan a los peregrinos. 

Se detienen en una puerta para entonar la letanía escrita para pedir posada, mientras dentro de la casa contestan al cántico. Así fue como inició la primera posada que se realizó este año en Las Lajas, luego de que en el 2020 se suspendieran a consecuencia de la pandemia. 

Las posadas, dentro de la tradición católica, representan el peregrinar de José y María en su camino a Belén, antes del nacimiento del niño Dios.

En Las Lajas esta tradición, de acuerdo a Lilia Leticia Trejo lleva haciéndose muchísimos años “yo de niña iba a las posadas y me quedé de organizadora, por así decirlo”, comentó Trejo quien ha tomado la batuta durante casi ocho años y ha recibido apoyo de personas como el señor Jorge Ávila y la señora Cristina Villa para la realización de las mismas.

Antes de la pandemia se realizaron del 16 al 23 de noviembre “el día 24 no, porque ya es Navidad” pero debido a la pandemia este año solo se contemplaron tres días: una celebrada en la capilla de Las Lajas; y el señor Jorge Ávila recibió a los peregrinos; la otra en la casa del señor Ricardo Ávila y hoy concluirán con otra, general, en el foro del Barrio.

Retomar las posadas es “alegría; es bonito, la gente está muy entusiasmada, aunque fueron, yo creo, tiempos difíciles, porque hubo, creo, dos años que no tuvimos Posadas, pero ya ahorita pues sí, ya estamos poniéndonos todos contentos y pues todos los vecinos donamos algo, lo que podamos regalar para que los niños estén alegres, estén contentos”. 

Con anterioridad se buscaba “quién tomara una posada por familia”, quienes corrían con todos los gastos de la misma, pero de manera general se organiza “juntando dulces; pidiendo a las casas y a los vecinos que nos ayuden con una mayonesa, jamón… lo que puedan ellos dar”. 

Precisó que hoy en día se suele gastar bastante en la realización de una posada: “cuando tú tomas una posada; por ejemplo; en casa, tienes que poner ponche; son gastos; los dulces, las piñatas, lo que les vas a ofrecer a los niños, ya sea sándwich tortas, tamales, todo requiere un gasto y es un gasto muy fuerte, porque todo está carísimo”. 

Y agregó que aproximadamente se llegan a gastar “unos dos mil pesos o más, porque hay que comprar vasos, hay que comprar desechable, hay que comprar los dulces para los aguinaldos, las bolsas, las piñatas”. 

Con la pandemia algunas cosas han cambiado: “Antes había más apoyo, había más niños, los dejaban venir sus mamás, sus papás, porque no había pandemia, pero ahorita dejan salir a uno que otro niño, no todos vienen”. 

“Que nunca mueran las posadas, que esa tradición siga por siempre, porque es una alegría, hay muchos niños que no tienen nada, ninguna ilusión ni nada, y yo pienso que la Navidad te trae alegría, te trae ilusión, te sientes feliz de ver a los niños cantando, sonriendo, así les ofrezcas poco, ellos son felices y eso es lo más importante: que ellos sean felices” concluyó Trejo.

“Los peregrinos son de la Capillita de aquí, del Barrio de Las Lajas; fueron donados hace muchos años por el Señor José y la Señora Aurelita”.
Lilia Leticia Trejo, organizadora de las posadas 
Letanías, que rondan los diez pesos, velitas en 20 pesos y bengalas en tres por diez, son ofertadas en los mercados para usarse en las posadas.
Primera posada celebrada.

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