Obama: “Cada pueblo debe forjar su propio destino, tener su propio modelo”

La visita histórica de un presidente estadounidense a La Habana ha despertado muchas expectativas entre los diferentes sectores de la sociedad cubana, así como de aquellos cubanos que eligieron dejar su país y radicarse en los Estados Unidos, pero también entre inversionistas de éste país y del mundo, cuyas inversiones están sujetas al desmantelamiento del bloqueo.

 

 

Lamentablemente, la visita de Barack Obama a Cuba se vio ensombrecida por los atentados en Bruselas, Bélgica, sobre los que dijo frente al publico que lo escuchaba en el teatro “Alicia Alonso” que “los pensamientos y rezos del pueblo norteamericano están con ellos y condenamos estos ataques contra inocentes, tenemos que trabajar juntos… tenemos que luchar contra el terrorismo”, precisó, olvidando que hasta hace poco Cuba estaba incluida entre los países terroristas, cuando jamás este país ha financiado ni apoyado a grupos criminales que atentan en contra de la población, sino a las causas justas de independencia, soberanía y liberación de la opresión de los pueblos en el mundo.

 

Después de reconocer el pasado común que los une, no sólo a Cuba, sino a todos los países de América con los Estados Unidos, fruto de la colonización y el mestizaje, señalando que tanto su país como Cubafueron países constituidos por “esclavos traídos de África” y que “al igual que Estados Unidos, el pueblo cubano tiene herencias de esclavos y esclavistas”, señalando que pese a las diferencias existentes “el 17 de diciembre del 2014 el presidente Castro y yo anunciamos que Estados Unidos y Cuba comenzarían un proceso de normalizar las relaciones entre ambos países. Desde entonces hemos establecido relaciones diplomáticas, abierto embajadas” decía el presidente Obama.

 

Luego enumeraba los avances logrados desde entonces, al decir que “hemos comenzado iniciativas para trabajar en salud, en agricultura, en educación, en fuerzas del orden; hemos logrado acuerdos para restaurar vuelos directos y servicios de correo; mayores relaciones comerciales y también mayor capacidad para que los estadounidenses vengan aquí a Cuba. Estos cambios fueron muy bienvenidos, aunque todavía hay aquellos que se oponen a estas políticas”, subrayaba el presidente, haciendo referencia a los republicanos y a la propia comunidad cubana de Miami.

 

Y contestando a quienes ven un garrote de tras de la zanahoria, que ven con desconfianza este acercamiento, apuntaba que “todavía muchas personas preguntan: ¿Por qué ahora? y hay una simple respuesta: Lo que estaba haciendo Estados Unidos no funcionaba. Tenemos que tener la valentía de reconocer la verdad, una política de aislamiento diseñada para la guerra fría no tiene sentido en el siglo XXI, el embargo hería a los cubanos en vez de ayudarlos”, reconocía el  presidente Obama.

 

Sabiendo que el bloqueo, estructurado en un enredo de leyes y enmiendas dictadas en los últimos cincuenta años, está impidiendo la completa normalización de las relaciones y frenando las inversiones, dijo que como presidente de los Estados Unidos solicitó “al Congreso que levante el embargo, es una carga obsoleta sobre el pueblo cubano, es una carga sobre los norteamericanos que quieren trabajar aquí, invertir en Cuba, venir a Cuba. Es momento de levantar el embargo”, afirmó el presidente.

 

La visita del presidente Obama y sus intervenciones estuvieron llenas de emotividad, sobre todo para quienes hemos vivido largos años en Cuba y lo adoptamos como si fuera nuestro país, o nos adoptó a nosotros como si fuéramos parte de su pueblo;para quienes vimos siempre lejano este acercamiento y pensamos en la posibilidad latente de una nueva invasión como en Granada, en octubre de 1983, o de Panamá, diciembre de 1989, algo para lo que la mayoría del pueblo cubano se preparó durante todos estos años de revolución, y no imaginamos este episodio de la historia donde las armas se cambiaron por palabras.

 

Quizá por eso nos emocionó cuando el presidente Obama afirmó que “antes de 1959 algunos estadounidenses consideraban que Cuba era algo a ser explotado, no prestaban atención a la pobreza, permitían la corrupción. Desde 1959 estamos enfrascados en nuestras ideas de geopolítica y de personalidad, yo sé la historia, pero no voy a estar atrapado por la misma; fui muy claro, Estados Unidos no tiene ni la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba, los cambios dependen del pueblo cubano; no vamos a imponer nuestro sistema político y económico, porque conocemos que cada país, cada pueblo debe forjar su propio destino, tener su propio modelo”, precisó;refiriéndose a los principios que durante años han orientado la política exterior de México, como la no intervención en los asuntos internos de otros países y la autodeterminación, que cuando se han omitido ha sido catastrófico para nuestro país.

 

El Comandante Fidel Castro publicó ayer lunes un artículo donde reflexiona sobre la visita de Obama a Cuba, el cual ha titulado “El hermano Obama”, donde precisa que “No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta”. Es incuestionable todo lo que Fidel cita en su artículo, lo cierto es que Cuba ha forjado su historia a sangre y fuego; fue el último país del hemisferio en lograr su independencia en 1898y sólo un años después, en 1899, los Estados Unidos se apoderaban de la Isla para salir años después poniendo uno y otro gobierno a su servicios, hasta 1959 en que triunfó la revolución.

 

Los destinos de Cuba están en su pueblo, no se equivoca el presidente Obama, un pueblo altamente educado, calificado y politizado, gracias a la revolución; por lo que no importa que en 2018 Raúl Castro deje de ser el presidente, por decisión propia; la Asamblea Popular, el Consejo de Estado y de Ministros, siempre tendrá entre su hombres más de un cubano patriota dispuesto a conducir a su pueblo por el camino correcto, bajo su propia soberanía.

 

 

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