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POR EL DERECHO DE EXISTIR

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POR EL DERECHO DE EXISTIR

Demagogia presupuestal

Las feministas estamos enojadas, indignadas y laceradas, pues ante la violencia sistémica ejercida por el sistema patriarcal, de la cual forma parte la violencia generada por las instituciones, las cuales alejadas de las plausibles obras en materia de género repetidas una y otra vez en eventos públicos, alegorías de los adelantos estatales, pero a la hora de la aplicación el discurso se desvanece, se diluye, se fragmenta, en suma, no existe en la praxis.

Al respecto, las mujeres no les debemos nada a las autoridades, han sido las luchas de nuestras ancestras las que lograron los cambios en la norma y estructuras sociales. Fueron sus voces, tiempo y transgresiones lo que nos llevó a un cambio en la manera de percibir el mundo.

Las transformaciones son inminentes y trascendentales, para las mujeres, en el cual la violencia también se ha modificado, adaptado y de hecho transfiguro a la par del avance de los derechos.

Las instituciones reflejan una fuerte tendencia a la resistencia por la incorporación de las mujeres en el ámbito de lo público, desde brindar la atención básica hasta generar condiciones oportunas para la igualdad salarial, o como mínimo para garantizar el acceso de las mujeres a una vida libre de violencias y discriminaciones.

Ahora en el marco de las comparecencias y la discusión presupuestal, está la oportunidad de traducir los discursos en presupuestos para disminuir y erradicar las prácticas lacerantes, el presupuesto con el que operan las Instituciones encargadas de brindar atención a las mujeres son insuficientes y las condiciones laborales son de precariedad. El burnout es parte de la rutina diaria, la indignación ha hecho casa y se ha instalado en quienes hace acompañamiento de casos de violencia.

Por eso más que discurso y falsos aliados se requiere recursos económicos, con todos los canales de transparencia y los mecanismos suficientes para la rendición de cuentas, se necesita también de una difusión amplia de derechos. Esta semana después de escuchar las diversas comparecencias públicas de las autoridades, viene a la mente esa famosa frase que reza “¿si estamos tan bien, por qué estamos tan mal?

Más aún, frente a un escenario de pandemia en el cual las cifras de violencia intrafamiliar incrementaron exponencialmente, de acuerdo a las propias autoridades en la materia. Pues bien, las personas en las cúpulas del poder y las decisiones pueden refrendar con hechos las promesas de campaña o de nueva cuenta ser mercenarios del recurso público, total las campañas están próximas a iniciar y de nueva cuenta las mujeres parecen ser el botín y la mejor frase discursiva, aunque en los hechos los derechos a la vida libre de violencia es la gran ausente de la fiesta de la democracia.