
Pueblos originarios
Xavier Robles es recordado por ser el guionista de filmes como Rojo amanecer, que al ponerse del otro lado de la cámara, lo ha hecho con temas sociales como Ayotzinapa: crónica de un crimen de estado.
Luz de alba, su más reciente filme que se acaba de estrenar en la Cineteca Nacional, se centra en la lucha de cinco pueblos originarios en Cuetzalan, Nochtixtlán, Guelatao de Juárez, las montañas de Guerrero y Cherán.
Los habitantes de esas comunidades se han unido para formar cooperativas, defenderse de las mineras transnacionales que tratan de apoderarse de sus riquezas naturales sin dar nada a cambio, o de formar grupos de autodefensas para luchar contra los talabosques y el crimen organizado.
Este último caso, el de la comunidad michoacana de Cherán, ya había sido tocado en el documental Los árboles mueren de pie de Ronan Kerneur y Fany Fulchiron presentado en el recién terminado Festival Docs MX.
Resulta bastante esperanzador ver a los pobladores de Cuetzalan sembrar café y otros cultivos, y luego organizarse para venderlos de una manera más justa, evitando los intermediarios y acaparadores.
Resulta ejemplar ver como se busca recuperar las lenguas nativas, olvidadas durante generaciones y cómo se organizan para protestar contra proyectos de los gobernadores que solamente buscan su provecho personal sin importarles sus gobernados.
Tal vez Luz de alba no sea una película bonita, ni con grandes recursos, pero es un filme necesario que voltea los ojos al campesinado, que ha sido olvidado por las autoridades durante mucho tiempo.