El cardenal de los ricos dijo que es mentira

• Lo asegura Norberto Rivera, al oficiar la misa Crismal en la Catedral Metropolitana de la ciudad de México

Apuntó que México “necesita de la misericordia de Dios; necesita conversión y arrepentimiento, pues solo así podremos salir de la espiral de la violencia, de la degradación y de la corrupción, que nos abaten”.

El cardenal Norberto Rivera Carrera calificó como “rumores mal intencionados” los señalamientos respecto a la existencia de un distanciamiento con el Vaticano.

Al oficiar la misa Crismal en la Catedral Metropolitana, en donde presbíteros de la arquidiócesis de México renovaron sus promesas sacerdotales, Rivera Carrera precisó que “ante los rumores mal intencionados de algunos que quieren ver una ruptura de un servidor o de nuestra Arquidiócesis con el Santo Padre, quiero dejar bien claro delante de ustedes, mi presbiterio y pueblo de Dios que para con el Papa Francisco, y siempre con el Papa que sea, hay perfecta comunión, respeto y obediencia”.

Subrayó que “además hay sincero cariño y amistad, no me cabe duda que su persona y su ministerio son un don que Dios ha dado a su Iglesia”.

El jerarca añadió que “queremos que sepa, Santo Padre, que usted está en nuestra oración y nuestro corazón, y que el pueblo de México le será siempre fiel”.

El cardenal también destacó desde el principio de su episcopado tiene por “convicción respetar la libertad de expresión dentro de la iglesia, por lo tanto confirmo a aquellos que están colaborando en Desde la fe, el periódico de la arquidiócesis, no del arzobispo, los que piensan que el arzobispo es la iglesia se le paró el reloj hace 50 años” y anunció que pese a las críticas al contenido que en algunas ediciones ha publicado el seminario, éste seguirá teniendo libertad para expresar sus puntos de vista.

El arzobispo primado recordó diversos pasajes del mensaje que el Papa Francisco dio a los obispos el pasado 13 de febrero durante su visita al país.

“El Papa nos pidió tener una verdadera conversión pastoral, a no quedar paralizados dando viejas respuestas a las nuevas demandas; exhortó a cansarnos sin miedo en la tarea de evangelizar; a no caer en la tentación de la distancia y el clericalismo, de la frialdad y la indiferencia, a evitar el comportamiento triunfal y la autoreferencia”.

Agregó que el pontífice también hizo hincapié en poner atención a los jóvenes, nos dijo: “Pienso en la necesidad de ofrecer un regazo materno a los jóvenes. Que vuestras miradas sean capaces de cruzarse con las miradas de ellos, de amarlos y de captar lo que buscan”.