Infancia robada
Luego de haber sido aclamada en Cannes y en otros festivales, la más reciente cinta de Tatiana Huezo, Noche de fuego, se ha estrenado en la Cineteca Nacional y en algunas salas comerciales.
El guión de la propia directora, basado en una novela de Jennifer Clement, se ubica en un pueblito de las montañas de la Sierra Gorda del que se han apoderado los narcos, con la complicidad del ejército, que supuestamente “fumiga” los campos de amapola, donde no están.
La estoica Rita (Mayra Batalla), quien ha sido abandonada por su esposo para ir en busca de dólares, alecciona a su hija Ana (Ana Cristina Ordoñez) para que se esconda en un hoyo cuando lleguen extraños y le corta el pelo para que parezca niño.
Ella no comprende bien las acciones de su madre, y las comenta con sus amigas en la escuela, que sufren por no tener un maestro de planta, ya que los narcos les exigen derecho de piso a los docentes.
Se trata de la primera ficción de la espléndida realizadora de El lugar más pequeño y Tempestad; presenta en él la terrible situación a la que se enfrentan las mujeres en zonas dominadas por el narco.
Rita se niega en un principio a formar parte de esta cadena de explotación, pero termina aceptando, como forma de protegerse ella misma y a su hija.
Noche de fuego, ganadora de una mención especial en Un certain regard de Cannes, es pues un filme crudo y para nada complaciente, espléndidamente actuado, especialmente por las niñas, que denuncian la violencia y la corrupción imperante en ciertas zonas del país.
