YA DEPENDE DE LOS TAXISTAS
En Hidalgo, unas 30 mil familias dependen del trabajo de más de 7500 taxis que dan el servicio de transporte en todo el estado y que tenían la amenaza de que con la entrada de servicios particulares con organización internacional perdieran muchas fuentes de trabajo, como sucedió en la Ciudad de México, donde de 140 mil taxis que había, bajaron a 70 mil con la entrada de servicios como Uber.
El Gobierno del estado decidió cerrar la puerta al servicio de taxis como Cabify y Uber para proteger las fuentes de trabajo para los hidalguenses.
Y puso en marcha la estrategia TAXI CONTIGO, a efecto de mejorar el servicio incluyendo tecnología y plataformas que arrancan el 10 de este mes de octubre para ofrecer un servicio de excelencia al usuario, que contempla mejor presentación cromática de las unidades, taxímetro, botón de pánico, viajero acompañante virtual y capacitación total a los operadores de taxis.
José Luis Guevara, en su calidad de Secretario de Movilidad y Transporte, se encargó de este programa y la verdad lo implementó no sólo con responsabilidad sino con eficacia.
La apuesta del gobierno estatal no se ve mal y tiene como principal intención la de mantener los empleos y modo de vida de 30 mil familias.
Incomprensiblemente taxistas de Pachuca, Tepeji y Tula, el 28 de junio cerraron carreteras y se manifestaron contra este programa porque no aceptaban el Taxi Contigo en la instalación de taxímetro y otras tecnologías.
Para el Gobierno era muy fácil quitar el programa, y abrir las puertas a plataformas de servicio de taxi, con las consecuencias de que como ha pasado en otras ciudades, el servicio de taxi colapsara y se impusiera el de aplicaciones, porque la gente prefiere este tipo de servicio.
Afortunadamente se impuso el sentido común contra la grilla de inconscientes, y es el momento en que parece que ya se impuso el Taxi Contigo.
Mucho dependerá para que sea un éxito, de la conducta de los taxistas, pues si piensan que tienen el campo libre y sin competencia, mal anda la cosa, porque el pasajero lo que quiere es un servicio con choferes educados, atentos, honrados y limpios, y con unidades en buen estado y pulcras, sin la música estruendosa que algunos tocan, porque a ellos les gusta, y muchas veces con un servicio de mala gana y grosero.
Si no dan su servicio de buena manera, tarde que temprano llegará el servicio de plataformas transnacionales, porque el que paga manda y si no lo atienden, mínimo con educación y honradez, preferirán el servicio, entre otros, de Uber.
