
El desastre ordenado
Había ropa por todos los rincones de la casa, sobre los sillones, las sillas y las camas, incluso tirados en el piso; las mesas del centro de la sala y del comedor también se veían atiborradas de papeles, libros y basura.
En la cocina, el fregadero contenía una pila de trastes sucios; y los botes para la basura parecía que explotaba de tantos desechos.
Había pasado tan solo una semana desde que no hacía limpieza a conciencia, estos últimos días el trabajo y las energías le provocaba un intenso cansancio que solo pensaba en dormir cuando llegaba a casa.
De vez en cuando encendía un incienso olor canela y rosas para sustituir el olor de su hogar, de humedad, guardado y suciedad; pero la sensación era por un momento pues al consumirse la varita la casa regresaba a lo habitual.
El fin de semana, al no encontrar trastes limpios ni lugar donde sentarse emprendió la hazaña de limpieza, y pese a lo que había pensado de que tardaría una eternidad, su desorden estaba ordenado.
Comenzó con los trastes, luego a lavar y acomodar la ropa, después tiró la basura, levantó y colocó en su lugar las hojas y libros, y terminó barriendo y trapeando, todo ello teniendo como fondo musical cumbias y banda.
La misión imposible fue posible en tiempo récord, y aún tenía energía para continuar, observó las paredes y recordó un bote de pintura guardado desde hace meses, y sin pensarlo movió muebles y empezó a pintar.
Estaba tan concentrada en la actividad que no se percató de la hora, y ni intentó saberlo, solo faltaba una pared para concluir la tarea, una vez terminada, volvió a acomodar los muebles, volvió a barrer y a trapear, y fue a dormir.
Al día siguiente, la casa tenía un nuevo aroma, y no precisamente a pintura, sino a calor de hogar, se respiraba el amor, la comprensión, tolerancia y un cúmulo de sueños y metas por cumplir.
Dio un vistazo a todas las paredes y rincones, era un espacio completamente nuevo, inhaló fuertemente y sonrió con paz y tranquilidad, porque el desorden no estaba solamente en la casa, sino también en su mente y ahora ésta también está ordenada.