
EFE.- Analía Kalinec descubrió con 25 años que el padre que la mimaba en su infancia era también responsable de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura argentina, y ahora plasma su testimonio en un libro en el que denuncia sus crímenes y confronta la idea de que los hijos deban lealtad a sus padres.
“Cuando atendí el teléfono y mi mamá me contó que mi papá estaba preso, no entendí nada. Fue sobre fines de agosto de 2005”. Tres años después y tras un proceso de alto costo emocional, Analía Kalinec asume la condición de genocida de su padre, el ex policía Eduardo Kalinec, conocido como el “Doctor K”, condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad.
En una entrevista, Analía Kalinec, maestra y psicóloga de 41 años, explica cómo fue el proceso de escritura de su libro “Llevaré su nombre”, publicado recientemente por la editorial Marea, en el que rompe el silencio y denuncia los crímenes de su padre.
Después de que su padre fuera detenido pasó de una primera etapa de ignorancia a otra de negación, “como mecanismo de defensa”.