La convertibilidad de la moneda china

China sigue siendo hoy un tema de primera plana en todos los medios occidentales, no sólo por las reformas en marcha, sino porque la contracción de su economía que sólo pudo crecer en 7% en 2015 ha conducido a la depreciación del yuan y a la reducción de sus enormes reservas en divisas.

 

China había acostumbrado al planeta a sus sorprendentes tasas de crecimiento superiores al 11%, en promedio anual; luego bajó el ritmo de crecimiento y nos habituó a tasas mayores al 9%, pero en los últimos años sólo pudo crecer a tasas superiores al 7%. Ahora, para calmar a los mercados y a las calificadoras de riesgo, el Congreso Nacional Popular de la República de China anuncio esta semana, el compromiso de trabajar para que la economía crezca a tasas de entre 6.5% y 7% de aquí al 2020.

 

No son las altas tasas que convirtieron a China en la locomotora mundial del crecimiento, pero si sus reformas económicas se materializan y su mercado interno contribuye al crecimiento, seguramente volveremos a ver el aumento de la demanda de las materias primas e incrementar sus precios, los cuales ahora están deprimidos por la contracción de la economía china, lo que ha conducido a la reducción de las exportaciones de este país asiático.

 

China sigue siendo hoy un tema de primera plana en todos los medios occidentales, no sólo por las reformas en marcha, sino porque la contracción de su economía que sólo pudo crecer en 7% en 2015 ha conducido a la depreciación del yuan y a la reducción de sus enormes reservas en divisas.

 

La reciente información disponible indica que han disminuido las reservas en divisas de China, pero el ritmo de disminución de las mismas se ha desacelerado al pasar a sólo 28.6 mil millones de dólares, frente a los casi 100 mil millones mensuales que venía vendiendo en los mercados desde noviembre pasado. Según el último informe trimestral del Banco de Pagos Internacionales, una gran parte de estas salidas, alrededor de las tres cuartas partes, correspondió al tercer trimestre de 2015, producto de tres factores.

 

Primero, las principales empresas chinas que pagaron sus enormes deudas en dólares. En segundo, las personas físicas y las empresas vendieron parte de sus activos denominados en Renminbi (moneda de curso legal de la República Popular China), y fueron a depositarlos en las cuentas “offshore” de Hong Kong, Singapur y Macao. Como una reacción ante la preocupación por la depreciación de la moneda china.

 

La desconfianza de diferentes bancos, empresas y personas físicas, están empujando a la abaja al Renminbi. Las empresas chinas, compraron cerca de 87 millones de dólares a empresas extranjeras en febrero, un aumento del 80% respecto a enero; de tal horma que durante los últimos tres meses, grupos de chinos han comprado casi más de 175 millones de dólares a grupos extranjeros, contribuyendo a la salida de capitales y la caída del yuan.

 

No obstante, las cosas parecen irse acomendando en China. La reciente apertura del mercado de bonos en ese país está atrayendo la atención de los inversionistas extranjeros, lo cual es un evento muy importante y un factor que va apoyar al Renminbi, según Raphael Zeitoun, director de productos en divisas del HSBC de Francia. Por lo cual se prevé, que ahora las instituciones de todos los países del planeta irán a comprar la deuda de China, lo cual va a facilitar la internacionalización de la moneda china, convertibilidad que ha sido esperada por muchos inversionistas, después que el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciara que pasará a formar parte de sus cesta de divisas en este año.

 

Se considera que hasta ahora, la tenencia de la deuda de China por extranjeros se limita a unos pocos bancos centrales y fondos soberanos, pero a partir de ahora podría multiplicarse por 10 en 2020 y llegar hasta 400 mil millones, lo cual ayudará a modernizar el mercado financiero chino y a integrarlo al mundo financiero global.

 

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