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La tragedia también ha generado, como siempre, una competencia ya no por ver quién ayuda más al damnificado, sino quién logra encontrar más culpas en el enemigo político, con la seguridad de que lucrar con el dolor ajeno es válido en tiempos tan cercanos a la Madre de todas las Elecciones en el Estado de Hidalgo. Al mismo tiempo crece la guerra sucia al interior de cada uno de los institutos políticos que tienen hasta el mes de diciembre para postular a su candidato, o candidata, a la primera magistratura estatal.
Vayamos por partes.
Las dramáticas inundaciones registrada por el desbordamiento del Río Tula, dejan ver un aspecto que siempre ha sido denunciado, pero que nunca ha encontrado respuesta cierta y real en el gobierno federal, sea el de los antiguos presidentes tricolores, o el que hoy se presenta como la encarnación de la transformación de todas las transformaciones.
Y no es tanto saber si se avisó a tiempo o no, porque eso sería tanto como aceptar que todo se reduzca a una alarma estilo sismos, que avise con anticipación cuando el agua esté por llegar como una avalancha, para permitir evacuaciones masivas.
No, para ser más serios en este tipo de análisis, es menester escuchar una vez más una postura asumida desde el gobierno de Jesús Murillo Karam, cuando señalaba que la relación de plano sadomasoquista de Hidalgo con la federación, no podía seguir por el camino del que da todo a cambio de nada. Y no, a cambio de nada no, sino de devastación, mineros enfermos de muerte y, por supuesto, las aguas negras de todo el Valle de México.
Esa ha sido el destino trágico de nuestro Estado con el centro del poder, no de ahora sino desde la época Colonial, cuando Pedro Romero de Terreros, “El Conde de Regla”, descubrió los yacimientos de plata y oro más grandes del Continente, con tan noble actitud de agradecimiento a la tierra que lo hizo tal vez el hombre más rico del mundo en aquellos años, que ni siquiera destinó recursos económicos para dar vida al Centro Histórico que debió haber sido, entonces y ahora, el más hermoso de todo el país.
Vaya pues que ni a Catedral llegamos, y es menester reconocer que el dichoso crecimiento con la modalidad de “plato roto”, porque siempre tuvieron la idea de que de un día para otro se irían a otra parte, luego de terminar con el oro y la plata, solo hace evidente que la maldición empezó desde entonces. A cambio dejaron una ciudad minada, miles de enfermos de tuberculosis y por supuesto el desprecio al grado que ningún minero recibió instrucción para trabajar la plata, que era mandada a Taxco, en el Estado de Guerrero, para la elaboración de joyería.
Después fue anunciada la buena nueva de que se abrirían las compuertas del emisor central de la capital del país, para que todas las aguas pluviales, negras y descargas de fábricas llegarían, vía el Río Tula, a las presas Endhó y Requena. A cambio los agricultores del Valle del Mezquital podrían hacer uso del agua sin tratamiento alguno para devolver el verdor a toda esa región del país. Nadie advirtió que la brutal cantidad de metales pesados condena a miles de hectáreas, hoy productivas, a quedar convertidas en zonas desérticas.
Luego lo del Aeropuerto. El mejor proyecto siempre fue el de Tizayuca, y lo sabían, pero ni priístas, ni panistas, ni morenistas, cumplieron su palabra. Negocio es negocio, sea monetario o político. ¿Hidalgo? Puede esperar, que además ya tiene la costumbre de dar todo por nada.
La gigantesca planta de tratamiento de aguas negras, dicen que ya trabaja en forma, pero el hecho es que recibir todos los desechos del Valle de México, ejemplifica con bastante claridad lo que hemos sido, y podría seguir siendo, en esta cercanía con el mercado más grande del país: el patio trasero. Mientras esto no cambie, podrán acusarse unos a otros, rasgarse las vestiduras, pero el hecho es que cuando una tierra digna como la hidalguense se toma como patio trasero, no hay futuro real, no hay solución real a nada.
MINUTARIO.- Al Senador de la República, Julio Menchaca Salazar, seguro candidato de Morena al gobierno hidalguense, buscan bajarlo a como dé lugar, y para ello utilizan testaferros que sin ningún pudor ni vergüenza, intentan que el Presidente de la República se oponga a su nominación. Resulta muy similar, sospechosamente similar, al tiempo aquel en que el líder del Grupo Universidad, a toda costa buscaba bajarlo de la candidatura a Senador. Usted dirá.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralt