Horror a la vejez
En la oscareada Padre, Anthony Hopkins nos mostraba lo difícil que es envejecer y sufrir una demencia senil. Una de las más escalofriantes cintas del XX Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México, Nocturna lado A: La noche del hombre grande de Gonzalo Calzada nos lo confirma.
El guión del propio realizador narra la historia de Ulises (un espléndido Pepe Soriano) un nonagenario que vive en un vetusto edificio en compañía de su esposa Dalia (Marilú Martini), en constante discusión.
El anciano olvida incluso los encargos más simples y vive en un temor constante debido a la cadena de robos que han ocurrido en el barrio y a los extraños que merodean por el edificio.
Sus temores se disparan cuando una joven vecina que le fue a tocar, se suicida, detonando los recuerdos de la hija perdida y del hijo que los ha olvidado.
El director argentino de Valdemar muestra el horror cotidiano del olvido y la indiferencia, así como la angustia provocada por la pérdida de la memoria y la incapacidad de valerse por si mismo.
Conviene señalar que se trata de la primera parte, pues la segunda Nocturno lado B: donde los elefantes van a morir, se filmó al mismo tiempo.
El legendario intérprete de La Patagonia rebelde y Pubis angelical ofrece una interpretación conmovedora y tal vez la mejor de su carrera que se remonta a 1955 con Adiós muchachos.
Nocturna lado A: la noche del hombre grande resulta pues una cinta estremecedora que nos ilustra de los horrores de la vejez.
