DE ADICTO A ADICTO

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La Ausencia de Límites perjudica a los Niños

Adictos a adueñarse de dinero que no es de ellos, es decir, adictos a la corrupción, que también son enfermos emocionales, avaricia y soberbia de funcionarios públicos y privados, enfermos de poder y de vanidad; la decadencia, la baja autoestima en una gran mayoría de personas, por ejemplo, las mujercitas, abren la puerta y permiten ser usadas como objetos sexuales, andan en los brazos y en boca de unos y de otros, la dignidad, la virginidad y la autoestima alta, son cosas del pasado.

 

 

Por Ernesto Salayandia García

El niño caime mal

Lo que no has de querer…. En tu casa lo haz de tener.

Don Tomás y mi tía Raquelita tuvieron un hijo único, Luisito, para nosotros, mis 9 hermanos, era sorprendente ver cómo este niño ingobernable se tiraba al suelo y hacía un drama por cualquier cosa, siempre se salía con la suya, era un niño caprichoso, soberbio, por demás egocéntrico, mala vibra y violento, era su costumbre darle severas patadas a mi tía en las espinillas.

Don Tomás, con su voz tibia y tal vez con miedo, levemente le llamaba la atención, mientras que mi tía se agachaba del dolor por los fuertes puntapiés; a todos, sin excepción, nos caía gordo, por agresivo y caprichoso, le dábamos la media vuelta. Fue un verdadero dolor de cabeza, un niño problema que creció sin límites ni autoridad, les tomó el modo a sus padres, así como muchos niños rebeldes.

Lusito se hizo inquilino de la sombra, estuvo preso muchas veces en su vida por infinidad de delitos, debido a esa ausencia de autoridad y de poner límites, el apapacho, el ser padres consentidores, permitirles todo, en no aplicar el rigor de la ley, el dejarlo para después, fue como resultado, las tristes consecuencias que pagaron con canas verdes las papás de Luisito. Por supuesto que los berrinches, el ver como el niño tomaba las fichas del dominó o las piezas del ajedrez y sin importarle un comino, las tiraba al suelo y sus padres se morían de vergüenza, pero no le decían, ni hacían gran cosa.

 

El Bullying nuestro de todos los días

Por supuesto que el hostigamiento escolar ha existido toda la vida, pero ahora se ha agudizado, los niños destilan violencia hasta por los poros debido a los hogares neuróticos, disfuncionales de donde vienen, y el pésimo ejemplo que muchos padres de familia dan con su alcoholismo y violencia. Estos alumnos le arruinan la vida a quienes se les viene en gana, no solo agreden poniendo apodos burlones, sino que intimidan con golpes físicos y emocionales, hay casos graves como el suicidio, la deserción escolar, traumas, fobias y miedos, que provoca el hostigamiento y permitir por parte de directores y maestros débiles, que estos niños hostigadores hagan de las suyas. No están haciendo otra cosa más que forjando un destino directamente a los CERESOS o a la muerte.

Un mensaje de corazón

En mis recorridos por las escuelas en la ciudad de Chihuahua México, escucho a los niños con los ojos, les dedico toda mi atención cuando me preguntan, cuando se acercan a mí y me confían sus secretos, y les doy el mensaje de prevención, les informo, oriento y concientizo respecto a las adicciones, a los patrones de conducta equivocados.

Por supuesto que hablo del hostigamiento y del por qué son los niños agresivos, reflexiono con ellos, los motivo a participar con sus  comentarios y parece mentira, uno de mis hijos, fue víctima de Bullying en su escuela, en horario de clases y dentro de la institución; pude ver el video cuando se acerca el agresor y le da un golpe director a la yugular a mi hijo, luego lo toma con fuerza con sus dos manos, en el video se ve la rapidez en que actúa el jovencito, en este golpe sorpresa y cobarde, mi hijo se desmaya al instante y cae al suelo sin resistencia, sin movimiento alguno. Cae como tabla golpeándose fuertemente en la nuca y codos, en el suelo se convulsiona y el agresor se asusta y trata de activarlo.

Hubo testigos cercanos, hay el video y todo para expulsar a este niño violento que viene de una familia cuyos brotes son de agresividad, y la reacción del director fue y ha sido, demasiada indiferente hacia lo delicado del asunto. Es en mi opinión, un delito, es una agresión de peligro, es un riesgo tener un niño que sabe dónde golpear, que es mecha corta, explosivo e incontrolable; hasta el momento de escribir este artículo, no tengo una respuesta satisfactoria, he sido tratado muy a la ligera.

Considero que por el bien de otros alumnos y por la seguridad de mi propio hijo, este niño debe ser expulsado sin remedio, de no hacerlo habré que actuar en consecuencia, tengo el resultado clínico y el video, la razón y los hechos para que se haga justicia. Socialmente es un grave error alimentar el ego de un detonante de violencia. Ya lo veo lleno de ego, diciéndole a todo el mundo, como lo dice: “El director me la pela”.

 

¿Por qué estamos como estamos?

La sociedad mundial está en franca decadencia, desmoronada, frágil, deteriorada, lesionada y muy enferma; la caída es irreversible, hechos palpables hablan por sí mismos, como el impresionante número de divorcios, la violencia doméstica, la codependencia, el alto índice de niñas embarazadas en edades de 13 a 16 años, el de las madres solteras menores de 20 años, las niñas que se autodestruyen marcando sus piernitas con la navaja del sacapuntas o quemándose sus manos y brazos con la brasa de un cigarro encendido.

Los trastornos alimenticios, bulimia, anorexia, obesidad, por si fuera poco, la depresión en niños, jóvenes y adultos, una gran mayoría la padece, y hay que agregar los suicidios en seres humanos de 13 a 25 años, la mayoría varones, las violaciones y delitos sexuales contra niños y adultos mayores, el hostigamiento y violencia laboral y escolar, conocida como Bullying, la deserción escolar y la ausencia de sí mismos.

Miles de jóvenes que vemos con tristeza como se van consumiendo poco a poco en las adicciones, súmale la pésima relación de pareja entre novios y matrimonios, no hay que olvidar los estragos amargos, la pérdida de seres humanos por alcoholismo y drogadicción; tristemente cada día, hay más enfermos mentales y emocionales, muertes por sobredosis, el índice de drogadicción en niños y mujeres ha alcanzado niveles sorprendentes, adulterio a la orden del día, adictos al sexo, a las mentiras, a las relaciones destructivas, a los juegos de azar, al gimnasio, a los video juegos, al Facebook, a los aparatos electrónicos.

Adictos a adueñarse de dinero que no es de ellos, es decir, adictos a la corrupción, que también son enfermos emocionales, avaricia y soberbia de funcionarios públicos y privados, enfermos de poder y de vanidad; la decadencia, la baja autoestima en una gran mayoría de personas, por ejemplo, las mujercitas, abren la puerta y permiten ser usadas como objetos sexuales, andan en los brazos y en boca de unos y de otros, la dignidad, la virginidad y la autoestima alta, son cosas del pasado.

El que por su gusto muere

Hace rato vino una mujer mayor de 70 años con un hijo de 48, adicto, ingobernable, neurótico, mediocre, ella comenzó a platicar la triste historia de tener un drogadicto en casa, platicándome todo lo que hace por él como el darle dinero, hacerle de comer, lavarle su ropa, prestarle un departamento donde vive y no solo eso, hacerle el aseo.

Porque el tipo no es ni para recoger una servilleta sucia del suelo, si él se enferma, ella lo cuida, le da sus medicinas, le hace su caldito de pollo y gelatinas, si se le descompone el auto, ella le hace a la mecánica y si no puede, paga las refacciones y la reparación. Si llega a chocar por alcohólico y lo meten a la cárcel, ella, la mamá, paga la multa y la fianza para que salga libre.

Si debe dinero, esta mujer se convierte en financiera y le cubre sus deudas de inmediato. Vaya, el drogadicto no batalla, su mamá le da dinero para las sustancias tóxicas, las crudas y todo tipo de problemas en que se pudiera meter o se mete.

La escuché con los ojos, y cuando tuve oportunidad, le dije la verdad de la enfermedad: Tú estás enferma, tu enfermedad se llama codependencia, no has dejado que tu hijo toque fondo y entra en crisis porque todo le resuelves; él ha llegado hasta donde tú le has permitido y él abusa de ti, porque tú así lo has querido, le dije.

Tienes miedo y temor, tienes culpa y actúas así porque piensas que tú causas su adicción y su perdición; la verdad de las cosas, es que tienes ganancias secundarias, cuando le das dinero, cuando le haces de comer o le lavas la ropa, como que todo eso, es arrullo al alma para ti.

Claramente puedo ver las cadenas destructivas en esta mujer al actuar de esa manera, y es exactamente la misma que aplico en la relación de pareja, cuyo marido le hizo la vida imposible, hasta golpearla, insultarla y ridiculizarla con sus hijos y después de este suceso, confirmé aún más, que a ese chabelote le faltó mano dura y ponerle límites desde el principio.

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