Otro caso en que carne es más fuerte que la inteligencia

• Debido a un culebrón sentimental con tufo a corrupción

La Policía Anticorrupción ha detenido a la que fuera pareja del presidente acusada de tráfico de influencias; el Gobierno de Bolivia pide a la ex novia de Morales que presente ante el juez al hijo que ambos tuvieron hace nueve años y que se había dado por muerto

El presidente de Bolivia, Evo Morales, atraviesa uno de los momentos más duros de sus diez años de presidencia. Después de perder el referéndum para poder presentarse a un cuarto mandato, el mandatario hace frente a un escándalo en el que se mezclan su vida sentimental y un posible caso de tráfico de influencias.

Todo comenzó cuando el periodista Carlos Valverde -quien trabajo como jefe de la inteligencia boliviana en los noventa-, denunció antes del citado referéndum en un programa de televisión que Morales mantuvo una relación de pareja con la empresaria Gabriela Zapata y que en 2007 tuvieron un hijo.

En un primer momento ambos negaron haber sido pareja, pero la sombra de la sospecha fue tan pesada que finalmente el Presidente dio explicaciones y reconoció que dicha relación existió entre 2005 y 2007. También confesó que ambos habían tenido un hijo, pero que éste falleció poco tiempo después, si bien no explicó las causas. Como consecuencia de ese trágica episodio, Morales aseguró que ambos dejaron de verse.

Gabriela Zapata, de 28 años, acusada de enviar cartas con propuestas de negocios a nombre del Gobierno de Bolivia, no parece una mujer cualquiera. Es un personaje asiduo en las páginas del corazón de la prensa en Bolivia y trabaja como directiva de la empresa China CAMC Engineering Co. Esta compañía, según el periodista que reveló el noviazgo de Morales, mantiene millonarios contratos con el Estado y hasta la fecha habría facturado 566 millones de dólares de encargos públicos.