Home Destacadas RELATOS DE VIDA

RELATOS DE VIDA

0
RELATOS DE VIDA

Cada año es lo mismo

  • Cada año es lo mismo – susurraba Doña Susanita entre dientes mientras sacaba agua y escombro de su casa con una pala. – los policías y los achichincles de gobierno solo pasan en sus camionetas, nos ven sacando agua y tierra, pero solo se sacan sus famosas selfies – enunciaba pero ahora en voz alta ante la presencia de la vecina.

Doña Susanita, es una señora de aproximadamente 60 años de edad, y lleva radicando alrededor 19 años en su actual domicilio, lugar que cada año sufre los estragos de la temporada de lluvias.

  • Ya estoy hasta la madre, ni siquiera para un pinche colchón nos ayudan, aunque sea baratito, pero que nos ayuden porque cada año es la misma situación, limpiar y tratar de salvar lo mayor posible de nuestros muebles.

Replicaba la sexuagenaria a la vecina que tenía poco tiempo de haber llegado a la colonia, y que de manera afortunada no sufría de inundaciones porque su casa está ubicada en la parte alta de la localidad.

  • En verdad que ya ni la chingan, los vecinos que siempre salimos afectados hemos ido a muchas reuniones dizque para llegar a un acuerdo, incluso nos presentaron un proyecto, pero de eso ya tiene 5 años y nomás no vemos claro, y mientras todos los que estamos a orilla de carretera batallamos cada año.

Señalaba Doña Susanita mientras paleaba más fuerte, tal vez por el coraje, por el hastío, por el mismo cansancio porque estaba en las labores de limpieza desde las 3 de la mañana para evitar más daños a su vivienda.

  • Ya estamos hartos de no ser tomados en cuenta, bueno en sus campañas si somos requeridos y son las mismas promesas de siempre y también a final de cuentas somos los mismos fregados de siempre.

Continuaba platicando la quejosa a la nueva vecina que solo escuchaba y asentía con la cabeza porque Doña Susanita no le daba tiempo ni para decir un “si” o un “no”.

Cerca de una hora se tardó la adulta mayor en limpiar su casa y también en platicarle a la nueva habitante de los problemas de la colonia, y cuando por fin se disponía a descansar al interior de su hogar tocaron a su puerta. Era el representante de la colonia, acompañado del presidente municipal que buscaban saber sus necesidades para apoyarla ante la emergencia de inundación.

Doña Susanita los dejó hablar y simplemente movía la cabeza para responder afirmativa o negativamente, para al final terminar la conversación reclamando – hijos de su chin…da madre, hubieran venido hace seis horas cuando se necesitaban manos y palas para sacar el agua, ahorita pa que chingados los queremos – y cerró la puerta ante la mirada atónita y un poco avergonzada de las dichosas autoridades.