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“Perdimos una batalla, pero no la guerra”

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Evo Morales, en rueda de prensa, tras su derrota

  • El presidente reconoce la derrota en el referéndum de reelección pero insiste en que hubo una “campaña sucia” en su contra

Para Morales, esa “campaña sucia” en su contra fue parte de una “conspiración interna y externa contra el proyecto revolucionario”. “La derecha pensó que si ganaba el ‘sí’, el Evo iba a ser inalcanzable”, ha asegurado. Y ha ironizado sobre la ajustada victoria del “no”. “Ahora recién se dan cuenta algunos de que votaron por el ‘no’ y están arrepentidos”.

El presidente Evo Morales resumió ayer con una frase su derrota en el referéndum de Bolivia sobre su reelección: “Perdimos una batalla, pero no la guerra”. Según el informe final del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el “no” se impuso al “sí” por un estrecho margen (51,3% frente al 48,7%), por lo que el mandatario no podrá postularse al cargo en 2019.

“Respetamos los resultados; es parte de la democracia (…) pero la lucha sigue”, afirmó el líder aimara en una rueda de prensa celebrada ayer en el palacio de Gobierno de La Paz. El mandatario boliviano ha vuelto a insistir en que hubo una “campaña sucia” en su contra (por el escándalo del presunto tráfico de influencias que estalló hace dos semanas), pero ha subrayado que pese a la derrota en el referéndum del domingo, el “voto duro” de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), se ha consolidado en alrededor del 50%.

“Nosotros pensábamos que ese voto duro era del 35% o 40%; ahora vemos que tenemos un voto duro del 50% en esta revolución democrática. Después de 10 años, ese porcentaje de apoyo pese a la campaña sucia es muy importante; somos la fuerza política más importante de la historia de Bolivia”.

Fueron dos días de escrutinio. Tras 48 horas, el Tribunal Electoral divulgó su informe final sobre el referéndum en el que se preguntó a los bolivianos si querían cambiar un artículo de la Constitución para ampliar de dos a tres los mandatos presidenciales consecutivos.

El ajustado triunfo del “no” (por apenas 135.000 votos) frena esas aspiraciones de Morales, que ya no podrá postularse en las elecciones de 2019 y deberá dejar el poder en enero de 2020.

Si el líder indígena hubiera salido airoso de la consulta popular, podría haber aspirado a gobernar durante 20 años consecutivos. Llegó al poder en enero de 2006 y desde entonces ganó todas las elecciones a las que se presentó. Sobre las denuncias de fraude efectuadas por la lentitud del recuento, Morales ha defendido la autonomía del TSE y ha reprochado a sus críticos: “Si hubiera remontado el ‘sí’, nos habrían acusado de fraude. Nosotros respetamos el resultado. Hemos derrotado siempre a la derecha; ahora perdimos una batalla pero no la guerra.