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PRI, por fin acuerdos; MORENA, va a ser Julio
Bajo ninguna circunstancia el Comité Ejecutivo Nacional del PRI habría estado dispuesto a perder una de sus mejores posibilidades de triunfo en la ya muy cercana elección de gobernador, y atizar la pugna por la nominación de quien será su aspirante a los comicios del 2022 por participar en el proyecto de uno de sus cuadros. Por muchas razones, pero fundamentalmente porque saben al final del día ponerse de acuerdo y evitar a toda costa el resquebrajamiento de su estructura, es que Hidalgo representa la mejor posibilidad de empezar a recuperar su capacidad de ganar.
La reunión del Consejo Político celebrada el pasado fin de semana en la capital hidalguense logró, en primer término, poner en un mismo escenario a la secretaria general del CEN tricolor, Carolina Viggiano, y al gobernador, Omar Fayad Meneses. Sin recurrir al envío de mensajes ocultos o para lecturas solo de iniciados, simplemente se dejó muy en claro que hay dos opciones: ganar unidos, o perder desunidos.
Pese a la muy cuestionada dirigencia nacional de Alejandro Moreno y los patéticos resultados de los comicios del 6 de junio, lograron lo que parecía imposible: cancelar cualquier intento de imposición de candidat@, y abrir las puertas a una selección fundamentada en la competitividad y rentabilidad política. Vaya pues un pragmatismo en todo el sentido de la palabra, porque simple y llanamente no son tiempos para otras actitudes.
En Hidalgo el Revolucionario Institucional jugará a ganar no solo la gubernatura, sino la posibilidad de convertirse en una esperanza real para el priísmo nacional de que es posible rehacerse y renacer de sus cenizas, en una era en que se dio como un hecho irreversible su desaparición, además de que a estas alturas no solo no pueden, sino que no deben insistir en la actitud del que debe pedir perdón por todo con la certeza de no merecerlo.
Abrir el juego para que el candidat@ sea el que garantice una victoria bajo los requisitos de competitividad y rentabilidad política, resulta en estos momentos la mejor opción, ante un electorado que solo aspira a que en el breve lapso de tiempo que representa la existencia humana, tenga la certeza de que heredará a sus hijos posibilidades claras de progreso.
Del lado de Morena saben que su candidato no puede cimentar sus posibilidades en el escándalo y las acusaciones sin sustento a sus adversarios. Intentar tan solo aplicar el discurso presidencial para querer plantear que todo es un desastre en la entidad, choca de manera inmediata con un sexenio gubernamental que decidió apostar por la creación de empleos a través de la captación de inversión extranjera y nacional para la creación de nuevas empresas, así como una extensa obra pública.
El discurso tricolor se ha inclinado por llevar como llave que abre la puerta de las simpatías, el trabajo del mandatario estatal, porque sus índices de aceptación se mantienen en un nivel alto, y porque todo indica que seguirá por ese mismo rumbo.
Así las cosas, es prácticamente imposible que el partido político del Presidente de la República se incline a la hora de nominar su candidato, por personajes de escándalo y que fundamentan su quehacer en el principio del “difamo y luego virigüo”.
Por muchas razones lo anterior perfila al Senador de la República, Julio Menchaca Salazar, como su más viable candidato al gobierno de Hidalgo, quien ha sabido cuidar su perfil que lo coloca entre los más capacitados académica y políticamente, sin necesidad alguna de recurrir a estrategias de injurias y provocaciones como otros.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta