Escobedo, NL.- Diez días después del motín en el penal estatal de Topo Chico donde murieron 49 internos, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, dijo que su administración tiende las manos a las fuerzas armadas porque ”hemos sido testigos de la labor perseverante, solidaria, de los soldados del país”.
Este lugar fue elegido para conmemorar el Día del Ejército y frente al presidente Enrique Peña Nieto, los titulares de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, de la Marina, almirante Vidal Francisco Soberón y del secretario de Gobernación, Miguel Osorio, así como otros integrantes del gabinete federal, el gobernador local asumió: ”pasamos por momentos complicados en el combate a los criminales”.
Después de que tuvo en su naciente administración uno de los más cruentos disturbios en una prisión del país, ayer afirmó su convicción de trabajar conjuntamente con el gobierno federal ”para avanzar en la lucha contra los que más mal nos hacen, para que prevalezca la ley y para que la gente recupere la confianza y la tranquilidad, que se va a traducir en felicidad…”.