Consulta y destapes en Morena Hidalgo
Muchas, demasiadas serán las interrogantes que tendrá que definir el mes de agosto en el asunto político del país y nuestro Estado. Se trata de observar las consecuencias que habrá de traer una consulta popular, que tuvo como principal objetivo no solo saber la opinión ciudadana sobre ex presidentes de la República, sino evaluar la posibilidad de modificar lo que sea necesario en la Constitución de la nación para prologar hasta donde sea necesario el gobierno de la 4T, se encabezado directamente por Andrés Manuel López Obrador, o de manera indirecta por alguno de los personajes que él decida impulsar.
En el plano estatal la suerte parece echada en el Partido presidencial, en una suerte de prestidigitador, que con una mano presenta la conciliación y la prudencia a través del senador Julio Menchaca, y con la otra el estilo muy de Palacio Nacional que intentará a toda costa una polarización que lleve a la recreación del escenario maniqueo de los buenos-buenos de un lado, y los malos-malos en el otro extremo. Lo crea usted o no, esta vertiente ya está encabezada por el diputado plurinominal local morenista, Francisco Xavier Berganza, y seguro coordinador de dicha bancada en el Congreso de Hidalgo.
Vamos por partes.
Ayer se realizó la primera consulta popular, que de resultar con una votación necesaria, tendría efectos vinculativos, es decir reales, y no solo de condena moral. Todo parece indicar que la primera consecuencia será en contra del Instituto Nacional Electoral, que incluso fue condenada con antelación como responsable de un eventual fracaso del magno evento y condenado a su segura desaparición.
Sin embargo, es evidente que estamos ante el principio de una estrategia transexenal que tiene muy en claro la certeza de todo régimen que se considera transformador: el tiempo limitado de seis años no alcanza, de ninguna forma para implementar la revolución sin armas, y mucho menos sentar las bases de su permanencia ante el asecho de innombrables intereses.
Desde esa perspectiva es evidente que la consulta popular fue un éxito en todo el sentido de la palabra, al lograrse una evaluación de los mecanismos que se aplicarán para el proyecto central de la 4T, que es un gobierno intemporal y con principio, pero no fin.
En Hidalgo mientras tanto, Morena parece haber decidido que personajes impresentables se conviertan en su máxima apuesta para llevarse la gubernatura en el 2022, aunque sin descartar la apuesta por políticos de buen nivel y con buenos antecedentes en tierras hidalguenses.
Así las cosas, se perfilar al ex cantante y prácticamente ex candidato de todos los partidos que usted y yo conocemos, Francisco Xavier Berganza, para su candidatura en caso de que el Revolucionario Institucional, hoy plagado de divisiones internas, logre la unidad anhelada y tengan que recurrir a un candidato a la primera magistratura estatal muy cuestionado, poco confiable, ajeno a la militancia morenista, muy dado a las deslealtades políticas, pero garantía de escándalo y choque con quien le pongan enfrente. Sin embargo, el senador de la República, Julio Menchaca, se mantiene como la opción más prudente e inteligente, con una trayectoria que ha permitido observar a un político de nivel, con un proyecto no fundamentado en el revanchismo y mucho menos en ambiciones obsesivas de poder sin ningún merecimiento como el otro personaje surgido de la farándula.
El representante popular tendría que ser la única apuesta de Morena, por su desempeño como legislador y un perfil serio que hoy es vital como nunca en el país. A él se suma el diputado federal electo, Cuauhtémoc Ochoa, quien no puede ni debe ser descartado del todo, cualquiera que sea la opinión que tengan algunos sectores del partido presidencial en la entidad.
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta