Un milagrito
En esta vida hay dos tipos de personas: las que buscan los milagros y las que se sientan a esperar que sucedan. Cuando se aprende de los errores, es poco probable que se vuelvan a cometer, al menos de la misma forma. Sin embargo, hay personas que no aprenden, que hacen de las suyas y al final se sientan en la banca de la iglesia, cuando se dignan a ir a una, y le piden a Diosito su intersección.
Desde el altar mayor, la imagen de la Virgen de los Dolores es testigo de la petición que hace un hombre desde la primera banca al interior de la iglesia católica del pueblo. El hombre pide un milagro, pide que lo ayuden, creyendo que así funcionan las cosas, que no importa lo que se haya hecho si al final se arrepiente de todos sus pecados.
Él cree que es merecedor de un milagro, tan sólo por entrar a la iglesia y manifestar sus deseos, desde lo más profundo de su corazón a Dios. Está ahí para arrepentirse como sucedió en ocasiones anteriores, está después de tanto tiempo, nuevamente dentro de la iglesia, esperando que al salir de ahí, como sucedió haces dos años, sus problemas se hubiesen acabado, aunque eso implicara la muerte de Don Refugio, que, tras un paro cardiaco, se había llevado consigo las deudas del hombre que había pedido un milagro.
Esta ocasión, la iglesia olía a flores, recién habían sido los festejos en honor a la Virgen y la nave principal estaba repleta de ellas, ese aroma típico, de todos conocido, se extendió hasta el lugar donde estaba el hombre, ahí con los ojos cerrados pedía y pedía que hubiera compasión, pedía perdón por el mismo error del pasado, de pronto, el aroma de las flores lo hicieron pensar en la tumba de su madre, en el panteón, en las lápidas que por años había dejado abandonadas.
Al terminar el recorrido inducido por los olores de la iglesia, su memoria le hizo abrir los ojos, pedir nuevamente lo que necesitaba; así que, tras rezar un “padre nuestro” se persignó, y salió de la iglesia. Ya lo andaban buscando, dejaron que se alejara tantito más de la iglesia y fuera del terreno santo, le hicieron una coladera con tanto balazo…
